En el amplio Salmo 18, David celebra como la Deidad le ha ayudado en sus dificultades. Ha comprobado el resultado de hacerse vulnerable: pedirle ayuda y andar alineado con su voluntad: “ En mi angustia invoqué al Señor y clamé a mi Dios. Él oyó mi voz desde su templo y mi clamor llegó hasta sus oídos.” (V.6) “ El Señor me ha premiado conforme a mi justicia; conforme a la pureza de mis manos me ha recompensado, porque yo he guardado los caminos del Señor, y no me aparté impíamente de mi Dios,” (V. 20-21) El resultado de su experiencia le lleva a percibir a la Divinidad como un castillo donde refugiarse: “ Señor, roca mía y castillo mío, mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.” (V. 2) Hay dos preguntas que me hago hoy y que quiero responder con profundidad: ¿Como percibo a Dios en mi vida en estos momentos? ¿Acudo a Dios en mis dificultades tratando de alinearme con su voluntad?
A veces sufro por escoger un estilo de vida desalineado con la Deidad, actúo desde la desconexión con Dios y así tambien conmigo o con los demás o con la naturaleza. Sin embargo en el Salmo 17 David ha llegado a la conclusión que esta sufriendo esta vez no por andar en error: “Me has sondeado, me has examinado de noche, me has probado y no has hallado mal alguno.” (Salmo 17:3) Es posible sufrir por lo que otras personas nos hacen de manera injusta, aun por escoger el camino de bendecir a Dios y a los demás… Pero el principio hoy para mi en este salmo 17 es el del examen honesto ante la Divinidad. Este examen puede ser diario, semanal, al despertar, al acostarnos o en ambos momentos, puedo hacerlo en mi cama, habitación, caminando… lo cierto es que se trata de una de las practicas espirituales regulares mas valiosas en mi caminar. ¿Como puedo seguir profundizando en el examen sincero ante Dios?