No hace mucho que vimos como familia la película animada Monster House, del director Gil Kenan. En ella se relata la historia de tres amigos, DJ, Clowser y Jenny, que descubren que una casa podría tener vida propia y estar tragándose todo lo que traspasa la propiedad. Los tres jóvenes tratan de buscar ayuda para resolver el misterio a través de diferentes personas como la canguro, un policia y un pizzero medio loco, medio genio. Mi amigo Diego Rappozo, de México, tiene un blog titulado "Love Activo" . Tengo la oportunidad de tener buenas charlas con él, las cuáles siempre me aportan buenos ejemplos de lo que pasa a nuestro alrededor. Llamó mi atención la reflexión que hizo en torno a un par de escenas de Monster House, y creo que dio en el blanco a la hora de usar la metáfora. Dice así su reflexión: "La estructura de la iglesia institucionalizada es semejante a una monstruosa casa "viviente" a la cual vemos con miedo y tememos enfrentarnos a ella, pregun
en una era denominada post-cristiana