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Mostrando entradas de julio, 2017

EL MAL NO PREVALECERÁ (APOCALIPSIS 19:11-20:15)

En la porción que me adentro hoy, Juan vuelve al tema de la batalla de Armagedón. Ahora, en su visión ve una representación de Jesús, montado en un caballo blanco y listo para establecer justicia en medio de un mundo donde se llega al punto de matar a los que deciden obedecer a Dios. En mi formación bíblica, Armagedón siempre se me presentó como una guerra terrible, donde Jesús aparecía ahora como un guerrero sangriento. Sin embargo, el simbolismo, aunque usa la palabra batalla, parece que se refiere a algo lejano a lo que se me trasmitió. Juan se da cuenta del siguiente detalle antes de la batalla: "Viste un manto empapado en sangre y su nombre es «La Palabra de Dios»." (19:13) Es decir, Jesús tiene la ropa empapada en Sangre, antes de la lucha. Lo cual nos lleva a pensar de que se trata de su propia sangre. La justicia la establece aquel que ha derramado su propia sangre para redimirnos del pecado. Ahora fíjate en que tipo de arma va a usar para establecer la just

LA GRAN RAMERA Y NUESTROS SISTEMAS RELIGIOSOS Y POLÍTICOS (APOCALIPSIS 17-19:10)

Juan a partir de ahora, va a adentrarse en algunos temas que ya trató anteriormente, pero está vez de manera más específica. Concretamente, la porción de Apocalipsis en la que me adentro hoy, nos muestra la caída de Babilonia (17-19:10), más adelante nos hablará acerca de la batalla final donde el mal será derrotado (19:11-20:15) y acabará su carta con la llegada de la Nueva Jerusalén (21-22). Todo ello, en realidad nos habla de diferentes puntos de vista de como el Reino de Dios se establecerá finalmente. Acerca de la caída de Babilonia, Juan nos da la imagen representativa de una prostituta: "La mujer iba vestida de púrpura y grana, resplandeciente de oro, piedras preciosas y perlas. En su mano sostenía una copa de oro rebosante de acciones abominables, como sucio fruto de su lujuria. Escrito en su frente tenía un nombre misterioso: «Babilonia, la poderosa, la madre de todas las prostitutas y de todas las aberraciones de la tierra»"  (17:4-5) En realidad es un símbolo

ARMAGEDON (APOCALIPSIS 15-16)

En el capítulo 15 y 16 de Apocalipsis, Juan vuelve a mostrarnos el ciclo de los juicios divinos, en esta ocasión no nos habla de siete sellos ni de siete trompetas, sino de siete copas: "Vi luego en el cielo otra señal formidable y maravillosa: siete ángeles llevaban las siete últimas calamidades con las que había de consumarse la ira de Dios." (15:1) Sin embargo, aunque las naciones reciben las consecuencias de escoger su propio camino de destrucción, el juicio de Dios a través de estas siete copas no les hace cambiar de padecer. El corazón de ellos se endureció así como Faraón lo hizo ante las plagas que azotaron Egipto: "...pero aun así, blasfemaban y se negaron a convertirse y a reconocer la grandeza de Dios, quien tiene en su mano tales calamidades." (16:9b) El endurecimiento del corazón es tal, que el dragón y la bestia reúne a las naciones en la llanura de Armagedón para luchar contra Dios.  "...pretendían reunir a todos los poderosos del mun

LA BESTIA Y EL 666 (APOCALIPSIS 12-14)

Después de las siete trompetas, Juan nos habla de algunos símbolos a lo largo de los capítulos del 12 al 14 del libro de Apocalipsis y con ello nos muestra la verdadera batalla detrás del sufrimiento bajo la persecución romana que enfrentan las siete iglesias a las que se dirige. Lo primero que ve es una mujer que acaba teniendo un hijo, lo cual algunos interpretan como figura del Mesías y su pueblo. A la vez ve un dragón que ataca a la mujer y a su hijo, este dragón está claro lo que representa en el texto: "Así que aquel enorme dragón, es decir, la antigua serpiente, la que tiene por nombre Diablo y Satanás, la que continuamente está seduciendo al mundo entero" (12:9a) Todo ello nos sitúa en el antiguo relato de Génesis 3, donde la serpiente, que ha engañado al ser humano no va a quedar sin consecuencias. Cristo vence al dragón mediante su muerte y resurrección, y dice el texto que el dragón es arrojado a la tierra y durante un tiempo trata de atacar al pueblo de D

EL SECRETO DE COMO SE INSTAURA EL REINO (APOCALIPSIS 8:2-11:19)

Tras los acontecimientos que desencadenan los siete sellos (comentados en la entrada anterior), Juan parece que retrocede para contar otra vez la historia, pero esta vez, nos habla de siete trompetas y nos da otros detalles. Las primeras cinco trompetas son ecos de las plagas en Egipto que nos cuenta el libro de Éxodo. La sexta trompeta, libera los cuatro jinetes de los primeros cuatro sellos, todo ello nos vuelve a mostrar un panorama de guerra, desolación y sufrimiento, fruto de una vida en contraposición a Dios y sus preceptos. Sin embargo, todo ese juicio de Dios no parece que tenga el efecto que se espera del mismo, al igual que pasó con Faraón, así pasa con los que tienen un corazón inclinado hacía la maldad: "A pesar de todo, quienes no fueron aniquilados por estas calamidades, se negaron a cambiar de conducta. Siguieron adorando a los demonios, a los ídolos de oro, plata, bronce, madera y piedra, dioses que no pueden ver, ni oír, ni caminar. Siguieron aferrados a s

PERSECUCIÓN (APOCALIPSIS 6-8:1)

Tras la visión del Trono de Dios descrita en los capítulos 4 y 5, me adentro en la secuencia del libro donde el Cordero rompe los siete sellos que mantienen cerrado el rollo: "Vi entonces cómo el Cordero rompió el primero de los siete sellos" (6:1a) A partir de aquí, Juan nos hablará de 7 sellos, 7 trompetas y 7 copas. Algunos tratan de ver aquí una secuencia lineal, sin embargo, me inclino más por la posibilidad de que cada conjunto de 7, represente un mismo periodo desde un punto de vista diferente. Juan parece describir el periodo desde la resurrección de Jesús hasta su retorno para establecer el Reino completamente, de ahí que lo que describe, puede llegar a ser tan familiar tanto a los primeros lectores de la carta como a nosotros mismos. No podemos olvidar que esta carta culmina con una imagen donde Cielo y Tierra se unen, se trata de la restauración de todo lo que el pecado ha estropeado, de una nueva creación (capítulos 21-22). Nos encontramos por tanto, en la

EL CENTRO (APOCALIPSIS 4-5)

Tras dar mensajes concretos a cada una de las siete iglesias de Asia, Juan hace una descripción de una visión del Trono de Dios. Las imágenes descritas por Juan incluyen seres extraños, arcoiris, un mar de vidrio, relámpagos, truenos etc. desafiándonos así a ir más allá de nuestra visión cultural del reino de los cielos. Sin embargo, hay un acto al que si nos podemos unir a esta escena con más familiaridad, me refiero a la alabanza a Aquel que está sentado en el Trono, reconociéndole como Creador de todo: "Cada uno de los cuatro vivientes tenía seis alas y eran todo ojos por fuera y por dentro. Día y noche proclaman sin descanso: —Santo, santo, santo, Señor Dios, dueño de todo, el que era, el que es, el que está a punto de llegar." (4:8) Cuando alabamos a Dios y reconocemos su majestad, en un sentido nos estamos uniendo a esta visión celestial. La alabanza es una práctica espiritual que nos lleva a mirar hacía el Trono como el centro, y que llevada a cabo correcta