En el capítulo diez el pueblo reanuda su viaje y en el capítulo once y doce nos encontramos con quejas en medio de las dificultades. La primera queja está relacionada con el alimento y la segunda con decisiones de Moisés poco aceptadas socialmente: "¡Cómo nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, así como de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos! Pero ahora nuestras gargantas están secas, pues sólo disponemos de este maná." (11:5-6) "Entonces María y Aarón criticaron a Moisés porque se había casado con una mujer cusita..." (12:1a) Nuestras quejas pueden ser buenas aliadas si somos capaces de encontrar el verdadero origen de las mismas. Una espiritualidad profunda siempre nos invitará a no quedarnos en la superficie, por el contrario nos alentará a viajar bajo la guía del Espíritu Santo a lo profundo del corazón, atravesando capas interesantes pero que en verdad esconden realidades ocultas. Nuestras quejas, juicios y ...
en una era denominada post-cristiana