Llego al final de mis reflexiones en el libro de Nehemías y me encuentro con dos conclusiones muy diferentes, las cuáles me van a situar en una realidad humana muy familiar que seguro que podemos detectar también en nuestras comunidades cristianas. El primer panorama es de renovación espiritual y fiesta. Esdras y Nehemías están juntos en llevar al pueblo la Torá, la cual es leída ante quienes pueden entenderla: "Era el primer día del séptimo mes y el sacerdote Esdras trajo el Libro de Ley ante todos los hombres y mujeres reunidos, ante todos los que estaban capacitados para entender, y lo leyó en la plaza que está delante de la Puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de los hombres, las mujeres y los capacitados para entender. Los oídos de todo el pueblo prestaban atención." (8:2-3) El pueblo, ante la exposición de la Torá que se llevó a cabo durante siete días no queda indiferente, responden en adoración, con lágrimas de arrepentimiento, recuper
en una era denominada post-cristiana