El libro de Ester nos sitúa cien años tras el exilio babilónico. Algunas comunidades judías no volvieron a casa y decidieron considerar su hogar en el exilio. Esta historia ocurre concretamente en la ciudad de Susa, capital de Persia. Un dato curioso de este libro es que Dios no es mencionado, lo cual lleva al lector a preguntarse "¿Dónde está Dios en medio de todo lo que está ocurriendo?" Las coincidencias en el relato y los giros irónicos nos llevan a descubrir que aun en un entorno hostil y securalizado, Dios está entre los bastidores llevando a cabo su plan, pero necesitaremos agudizar nuestro sentido para verle más allá del lenguaje explícito al que nos tienen acostumbrados otros libros de la Biblia. Agudizar nuestros sentidos para descubrir a Dios, es un ejercicio muy interesante para tenerlo en cuenta no solo al leer este libro, sino en medio de nuestra vida cotidiana, sobre todo, en los entorno donde quienes interactuan raramente nombran al Creador. El libro de E...
en una era denominada post-cristiana