El libro de Nahum anuncia la caída de los Asirios, uno de los imperios que más cruelmente oprimieron a Israel. Se anuncia la invasión de Nínive, capital de Asiria, lo cual va a implicar la caída de todo el imperio. Los eruditos ven a Nínive en este líbro, como una representación de los imperios soberbios, violentos y opresivos a lo largo de toda la historia de la humanidad. El mensaje central de la obra es que a Dios le importa la muerte de los inocentes y no dejará que los opresores triunfen, de ahí que la imagen apocalíptica de la aparición de Dios en el primer capítulo, haga eco de como Dios se presentó en el libro de Éxodo: "El Señor es paciente, pero fuerte; a ningún culpable deja impune." (1:3a) "Entonces pasó el Señor por delante de él y proclamó: “El Señor, el Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y verdad (fidelidad); que guarda misericordia a millares, el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pec
en una era denominada post-cristiana