Me adentro en el libro de Apocalipsis, una lectura llena de imágenes a menudo grotescas y símbolos misteriosos. En occidente, la lectura de este libro por lo general se hace desde una comprensión secuencial del tiempo, se trata de un movimiento inevitable hacía adelante. Sin embargo, desde el principio, Juan nos ofrece una imagen en la que el trono de Dios aparece en el centro y todo lo demás se encuentra alrededor de él. Esta imagen, me libra de la tentación de querer ordenar los acontecimientos cronológicamente con el fin de resolver el enigma, y más bien me anima a examinar el tiempo presente con respecto a mi posición frente a la voluntad de Dios. Mientras nosotros tratamos de tener el control de los tiempos, esta carta se envía precisamente a aquellos que tienen poco control ante las situaciones que les rodean. Al igual que Juan, estas iglesias enfrentan persecución, probablemente un miembro de la iglesia de Pérgamo había sido ejecutado por negarse a contradecir su fe (2:13...
en una era denominada post-cristiana