Llego al final del libro de Lucas y me encuentro ante la dramática escena de la muerte y resurrección de Jesús. En todo lo acontecido, me resuena las siguientes palabras del Maestro: "— Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen." (23:34) En vez de juicio y maldición para los torturadores, se escucha comprensión y perdón. La cruz tiene que ver todo con misericordia, compasión y perdón, si, el pecado es juzgado, pero las personas son liberadas y reciben una mirada diferente a la que estamos acostumbrados. Años más tarde, un discípulo de Jesús llamado Esteban es apedreado y entre golpes, pide a Dios compasión para sus verdugos, el mismo Lucas nos lo relata en Hechos 7:60, por lo que la Escritura nos muestra que ¡Es posible ver más allá de las atrocidades de quienes nos rodean! ¡Es posible tener ojos que humanizan a quienes son considerados unos monstruos! Todo ello es el resultado de una fe profunda en el Dios de la gracia, a la que la religión, tristemente no nos
en una era denominada post-cristiana