Mateo 18-19
En el capítulo 18 y 19 de Mateo encontramos enseñanzas del Maestro relacionadas con los niños.
En una ocasión los discípulos le preguntaron quien es el más importante en el reino de los cielos y Jesús puso un niño delante de ellos y les dijo: "- Os aseguro que si no cambiáis la conducta y os volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos" (18:2b)
En el capítulo 19 parece que los niños fueron llevados delante de Jesús y los discípulos no fueron capaces de ver más allá que molestias, el Maestro les dijo: "- Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque el reino de los cielos es para los que son como ellos." (19:14b)
A veces lo que consideramos sencillo pensamos que no tiene mucho que aportarnos en nuestro crecimiento espiritual, pero en el reino de los cielos, aquello que puede parecer insignificante o aun un estorbo, se convierte en lo que debe ser mi centro de atención y enfoque. Es por ello que seguir al Maestro implica romper los esquemas en como percibo lo que me rodea. Eso es todo un reto, sobre todo cuando vivimos en un mundo que nos invita a crear complejas estructuras que después ocupan la mayor parte de nuestro tiempo y atención.
Una semilla de mostaza, los pájaros que revolotean, la tierra, la lluvia y como no, los niños con su sencillez, pasión y sensibilidad... Dios quiere hablarme y para ello debo abrir mis ojos y dar el valor que tiene lo sencillo.
¿Qué es lo que me está estorbando? ¿Quiere Dios que cambie mi actitud hacía lo que me estorba y aprenda una importante lección?
En el capítulo 18 y 19 de Mateo encontramos enseñanzas del Maestro relacionadas con los niños.
En una ocasión los discípulos le preguntaron quien es el más importante en el reino de los cielos y Jesús puso un niño delante de ellos y les dijo: "- Os aseguro que si no cambiáis la conducta y os volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos" (18:2b)
En el capítulo 19 parece que los niños fueron llevados delante de Jesús y los discípulos no fueron capaces de ver más allá que molestias, el Maestro les dijo: "- Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque el reino de los cielos es para los que son como ellos." (19:14b)
A veces lo que consideramos sencillo pensamos que no tiene mucho que aportarnos en nuestro crecimiento espiritual, pero en el reino de los cielos, aquello que puede parecer insignificante o aun un estorbo, se convierte en lo que debe ser mi centro de atención y enfoque. Es por ello que seguir al Maestro implica romper los esquemas en como percibo lo que me rodea. Eso es todo un reto, sobre todo cuando vivimos en un mundo que nos invita a crear complejas estructuras que después ocupan la mayor parte de nuestro tiempo y atención.
Una semilla de mostaza, los pájaros que revolotean, la tierra, la lluvia y como no, los niños con su sencillez, pasión y sensibilidad... Dios quiere hablarme y para ello debo abrir mis ojos y dar el valor que tiene lo sencillo.
¿Qué es lo que me está estorbando? ¿Quiere Dios que cambie mi actitud hacía lo que me estorba y aprenda una importante lección?
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