Cuando en Génesis leemos que Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra (2:7) debemos tener en cuenta que la palabra en el original que traducimos por hombre no hace referencia al género masculino. Es por eso que me inclino más por una traducción como “ser humano". Es más adelante en el relato cuando se nos habla de dos géneros (2:22), lo cual nos muestra que el Adan original (Adán = sacado de la tierra) bien podría contener la naturaleza masculina y femenina.
“Y creo Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creo; varón y hembra los creo.” (1:27)
Léase hombre no como sinónimo de varón.
Eva es el resultado de una separación de dicho Adán original, sale de él mismo, de su propia carne, con razón dijo que la mujer era hueso de sus huesos y carne de su carne y que había salido de él mismo (2:23). Esta lectura presente en la tradición hebrea rompe con la creencia popular de que el varón es creado primero y que la mujer es creada para el deleite del hombre. Lo que esta historia nos relata es que el ser humano estaba solo y Dios separa de este ser humano dos géneros para combatir dicha soledad.
Me encanta esta antigua manera de entender el texto porque desafía la visión patriarcal de entonces y de ahora. Tristemente, no es raro hoy encontrar en ambientes religiosos la idea de que la mujer debe tener menos privilegios o evitar ciertos roles debido a los motivos por la que fue creada. Sin embargo, esa conclusión parte de un desconocimiento del lenguaje original en el que fue escrito este texto.
Otro tema interesante tiene que ver con la libertad de elegir. Dios pone al ser humano en un jardín para que lo labrara y lo cuidara (2:15) y le dice que puede comer de todo árbol del huerto, pero también le dice que hay uno del que no debe comer (2:15-17). La prohibición podría haber sido no tirar piedras al río, o no cazar patos, pero eso me es indiferente. Creo que el árbol del que no debían comer representa aquello que podemos hacer pero que se volverá en nuestra contra.
Esto me habla de la libertad para elegir. Dios no ha creado marionetas que el maneja a su gusto. Tristemente en muchas culturas, las mujeres son obligadas a casarse con un hombre al que no aman, dichos hombres, por desgracia, poseen una mujer, pero la realidad es que no pueden poseer su corazón y amor por mucha opresión que ejerzan. Dios no ha querido ese modelo de opresión para nuestra relación con él, Él nos da la opción de obedecerle y amarle o desobedecerle y tomar nuestro propio camino.
La historia del Génesis, aún cuando se escribe en una cultura y contexto patriarcal, nos da la oportunidad de romper hoy la visión de un Dios machista y opresivo que a veces defiende y justifica la religión, además, como señalé en la reflexión anterior, es el Dios que liberó a los que estaban oprimidos e instituyó entre ellos el descanso que tanto necesitaban y anhelaban.
Me encanta esta antigua manera de entender el texto porque desafía la visión patriarcal de entonces y de ahora. Tristemente, no es raro hoy encontrar en ambientes religiosos la idea de que la mujer debe tener menos privilegios o evitar ciertos roles debido a los motivos por la que fue creada. Sin embargo, esa conclusión parte de un desconocimiento del lenguaje original en el que fue escrito este texto.
Otro tema interesante tiene que ver con la libertad de elegir. Dios pone al ser humano en un jardín para que lo labrara y lo cuidara (2:15) y le dice que puede comer de todo árbol del huerto, pero también le dice que hay uno del que no debe comer (2:15-17). La prohibición podría haber sido no tirar piedras al río, o no cazar patos, pero eso me es indiferente. Creo que el árbol del que no debían comer representa aquello que podemos hacer pero que se volverá en nuestra contra.
Esto me habla de la libertad para elegir. Dios no ha creado marionetas que el maneja a su gusto. Tristemente en muchas culturas, las mujeres son obligadas a casarse con un hombre al que no aman, dichos hombres, por desgracia, poseen una mujer, pero la realidad es que no pueden poseer su corazón y amor por mucha opresión que ejerzan. Dios no ha querido ese modelo de opresión para nuestra relación con él, Él nos da la opción de obedecerle y amarle o desobedecerle y tomar nuestro propio camino.
La historia del Génesis, aún cuando se escribe en una cultura y contexto patriarcal, nos da la oportunidad de romper hoy la visión de un Dios machista y opresivo que a veces defiende y justifica la religión, además, como señalé en la reflexión anterior, es el Dios que liberó a los que estaban oprimidos e instituyó entre ellos el descanso que tanto necesitaban y anhelaban.
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