Empezamos en nuestra comunidad cristiana a leer todos el libro de Josué durante el mes de Mayo, por lo que me adentro en un relato lleno de acción y dramatismo donde se nos narra la historia de la nación de Israel durante el liderazgo de Josué, aunque al leer el libro al completo, uno se da cuenta que se trata del testimonio de que Dios es fiel y cumple sus promesas. Como dice Walter C. Kaiser, Jr. "Algunos se sentirán tentados de concluir: ¡qué hombre magnifico! Pero este libro pide otra conclusión: ¡qué Dios maravilloso!"
En el primer capítulo, tenemos el llamado de Dios a Josué para una misión, la de entrar en la tierra prometida.
"dijo el Señor a Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés: —Moisés, mi siervo, ha muerto. Disponte, pues, a cruzar ese Jordán, con todo este pueblo, hacia la tierra que yo doy a los israelitas." (1:1b-2)
Llama mi atención que al igual que con Abraham y Moisés, Dios primero pone delante la misión, y después capacita y promete ayudar a estas personas para cumplirla. Esto, tristemente se convierte en novedoso en una cultura como la nuestra, donde acostumbramos a ser nosotros los que llevamos a Dios nuestro plan, para que él lo bendiga. Sin embargo, el relato bíblico me anima a discernir los planes de Dios, lo cual supone en mi caso, tiempo y disposición para escuchar su voz antes de moverme.
Una vez discernido el plan de Dios para mi vida, no puedo olvidar la importancia de moverme dentro de los límites de su voluntad, y para ello, el consejo a Josué es buen consejo también para nosotros:
"Esto es lo único que se te pide: que seas fuerte y valiente y cumplas toda la ley que te dio mi siervo Moisés. No te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda; así tendrás éxito en todo lo que emprendas. Medita día y noche el libro de esta ley teniéndolo siempre en tus labios; si obras en todo conforme a lo que se prescribe en él, prosperarás y tendrás éxito en todo cuanto emprendas." (1:7-8)
Me encuentro, por tanto, con dos principios para aplicar a mi vida:
- ¿Es lo que estoy haciendo y dedicando tiempo y esfuerzo lo que Dios me ha dicho que haga? ¿Qué es lo que Dios me ha dicho que haga?
- ¿Estoy poniendo mi confianza en Dios y usando la disciplina de la meditación Bíblica como base para la obediencia?
En el primer capítulo, tenemos el llamado de Dios a Josué para una misión, la de entrar en la tierra prometida.
"dijo el Señor a Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés: —Moisés, mi siervo, ha muerto. Disponte, pues, a cruzar ese Jordán, con todo este pueblo, hacia la tierra que yo doy a los israelitas." (1:1b-2)
Llama mi atención que al igual que con Abraham y Moisés, Dios primero pone delante la misión, y después capacita y promete ayudar a estas personas para cumplirla. Esto, tristemente se convierte en novedoso en una cultura como la nuestra, donde acostumbramos a ser nosotros los que llevamos a Dios nuestro plan, para que él lo bendiga. Sin embargo, el relato bíblico me anima a discernir los planes de Dios, lo cual supone en mi caso, tiempo y disposición para escuchar su voz antes de moverme.
Una vez discernido el plan de Dios para mi vida, no puedo olvidar la importancia de moverme dentro de los límites de su voluntad, y para ello, el consejo a Josué es buen consejo también para nosotros:
"Esto es lo único que se te pide: que seas fuerte y valiente y cumplas toda la ley que te dio mi siervo Moisés. No te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda; así tendrás éxito en todo lo que emprendas. Medita día y noche el libro de esta ley teniéndolo siempre en tus labios; si obras en todo conforme a lo que se prescribe en él, prosperarás y tendrás éxito en todo cuanto emprendas." (1:7-8)
Me encuentro, por tanto, con dos principios para aplicar a mi vida:
- ¿Es lo que estoy haciendo y dedicando tiempo y esfuerzo lo que Dios me ha dicho que haga? ¿Qué es lo que Dios me ha dicho que haga?
- ¿Estoy poniendo mi confianza en Dios y usando la disciplina de la meditación Bíblica como base para la obediencia?
Comentarios
Publicar un comentario