
"Y pasó Abram por aquella tierra
hasta el lugar de Sichêm, hasta el valle de Moreh: y el Cananeo estaba
entonces en la tierra. Y apareció Jehová á Abram, y le
dijo: A tu simiente daré esta tierra. Y edificó allí un altar á Jehová,
que le había aparecido." (Génesis 12:6-7)
Y el relato del reparto del territorio en el libro de Josué concluye con las siguientes palabras:
"El
Señor dio a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus
antepasados. Los israelitas la ocuparon y se establecieron en ella. El
Señor les concedió paz en todo su territorio, tal como había jurado a
sus antepasados. Ninguno de sus enemigos pudo hacerles frente, pues el
Señor puso a todos ellos en manos de Israel. Ninguna de las magníficas promesas que el Señor había hecho a la casa de Israel falló. Todas se cumplieron." (21:43-45)
Estoy por tanto ante un texto ejemplar sobre la fidelidad de Dios a través de la historia.
Dios es fiel, el va a cumplir lo que ha prometido, y este aspecto de sus atributos no puedo olvidarlo, sobre todo, cuando todo a mi alrededor parece decir lo contrario.
Así como la maldad en Canaan no pudo ser defendida por sus fuertes ejércitos, la corrupción de nuestros días no prevalecerá, ni la contaminación triunfará, ni siquiera la muerte tendrá la última palabra, más bien la muerte será el final para toda injusticia y maldad. Las promesas de Dios se cumplirán, y un nuevo cielo y una nueva tierra es lo que se nos ha prometido.
Sin embargo, ante lo que Dios ya pone a nuestra disposición en medio de la realidad de la invasión de su Reino, la pregunta de Josué a algunas de las tribus se hace relevante también para nosotros:
"—¿Hasta cuándo vais a esperar para ir a tomar posesión de la tierra que os ha dado el Señor, el Dios de vuestros antepasados?" (18:3)
Es posible acomodarnos tanto a la realidad que nos rodea que incluso dicha realidad, por desagradable que sea, se convierta en una zona de confort para nosotros. Sin embargo, el Reino de los Cielos se ha acercado, y aun está entre nosotros, y aunque todavía no le vemos establecido plenamente, es tiempo para salir de la zona de confort y hacer uso de la compasión, la misericordia, la justicia y la gracia. Sabemos que tales asuntos tienen que ver con el cielo en la tierra, con lo que al final prevalecerá, pues nuestro Dios es fiel y en el confiamos.
¿Qué esperamos para adentrarnos en el Camino de la gracia? ¿Qué significa adentrarnos en dicho Camino en medio de nuestra familia, vecindario, lugar de trabajo etc.?
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