Jesús se enfrentó a los religiosos de su época y el capítulo 2 de Marcos es un ejemplo de ello:
Un hombre paralítico con ayuda de sus amigos es llevado ante Jesús, quien perdona sus pecados. Los maestros de la ley se escandalizaron cuando Jesús declaró que sus pecados son perdonados, y Jesús sana al paralítico para mostrar que tiene autoridad para perdonar pecados (2:1-12).
Jesús llama a Leví a seguirle y acaba comiendo con él y con sus conocidos. Los fariseos no podían entender que Jesús se sentara a comer con gente que eran mal considerados por parte de la sociedad, a lo que Jesús les responde que son los enfermos los que tienen necesidad de médico (2:13-17).
Los religiosos tampoco entendían porque los discípulos de Jesús no estaban practicando el ayuno, así como hacían otros. Jesús les responde que no es tiempo para que ellos ayunen ahora y les habla de que no se pone una tela nueva para remendar una vieja, ni se echa vino nuevo en odres viejos, lo cual habla de lo importante y necesario de estar preparados para enfrentar lo nuevo, y el peligro de no estarlo (2:18-22).
Cuando los discípulos de Jesús tomaban una espigas de trigo mientras paseaban, los fariseos los acusaba, a lo que Jesús responde recordándoles un episodio bíblico donde David actuó de manera similar a sus discípulos, declarando que Dios no hizo el sábado a causa del ser humano, sino al revés, y afirmando que él es Señor del sábado (2:23-28)
En todo el texto que hoy he leído, las palabras que me han resaltado han sido las siguientes:
"— No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos. Yo no he venido a llamar a los buenos, sino a los pecadores." (2:17b)
La realidad es que estoy en proceso de recuperación, la razón es que estoy enfermo espiritualmente, por ello es que Jesús se acerca a mi. Pero cuando pierdo de vista esta realidad, acabo comportándome como los religiosos a los que Jesús enfrenta, empiezo a ver mal a aquellos que me rodean y no actúan dentro de mis expectativas. Llego incluso a criticar a los que faltan a las reuniones cristianas donde yo muestro fidelidad, o a los que no practican las mismas disciplinas espirituales que yo. Aun llego a ver a los demás como moralmente inferiores a mi.
"Señor ayúdame a no perder de vista que te has acercado a mi porque estoy roto, y que aun estoy en proceso de recuperación. Perdóname porque a veces lo olvido y me comporto como los religiosos a los que enfrentaste."
Un hombre paralítico con ayuda de sus amigos es llevado ante Jesús, quien perdona sus pecados. Los maestros de la ley se escandalizaron cuando Jesús declaró que sus pecados son perdonados, y Jesús sana al paralítico para mostrar que tiene autoridad para perdonar pecados (2:1-12).
Jesús llama a Leví a seguirle y acaba comiendo con él y con sus conocidos. Los fariseos no podían entender que Jesús se sentara a comer con gente que eran mal considerados por parte de la sociedad, a lo que Jesús les responde que son los enfermos los que tienen necesidad de médico (2:13-17).
Los religiosos tampoco entendían porque los discípulos de Jesús no estaban practicando el ayuno, así como hacían otros. Jesús les responde que no es tiempo para que ellos ayunen ahora y les habla de que no se pone una tela nueva para remendar una vieja, ni se echa vino nuevo en odres viejos, lo cual habla de lo importante y necesario de estar preparados para enfrentar lo nuevo, y el peligro de no estarlo (2:18-22).
Cuando los discípulos de Jesús tomaban una espigas de trigo mientras paseaban, los fariseos los acusaba, a lo que Jesús responde recordándoles un episodio bíblico donde David actuó de manera similar a sus discípulos, declarando que Dios no hizo el sábado a causa del ser humano, sino al revés, y afirmando que él es Señor del sábado (2:23-28)
En todo el texto que hoy he leído, las palabras que me han resaltado han sido las siguientes:
"— No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos. Yo no he venido a llamar a los buenos, sino a los pecadores." (2:17b)
La realidad es que estoy en proceso de recuperación, la razón es que estoy enfermo espiritualmente, por ello es que Jesús se acerca a mi. Pero cuando pierdo de vista esta realidad, acabo comportándome como los religiosos a los que Jesús enfrenta, empiezo a ver mal a aquellos que me rodean y no actúan dentro de mis expectativas. Llego incluso a criticar a los que faltan a las reuniones cristianas donde yo muestro fidelidad, o a los que no practican las mismas disciplinas espirituales que yo. Aun llego a ver a los demás como moralmente inferiores a mi.
"Señor ayúdame a no perder de vista que te has acercado a mi porque estoy roto, y que aun estoy en proceso de recuperación. Perdóname porque a veces lo olvido y me comporto como los religiosos a los que enfrentaste."
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