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LIDERAZGO Y LIBERTAD (GÁLATAS 2)


El hecho de que este mes me adentre en un libro no extenso, me está permitiendo escuchar grandes porciones del mismo una y otra vez, lo cual es excelente para conocer el contexto. De hecho, en mi camino al trabajo, me da tiempo de escuchar toda la carta completa en su versión de audio. He descubierto, que la Lectio Continua aporta muchos beneficios.

Al escuchar el contenido del capítulo dos varias veces, siempre me ha venido a la mente la palabra liderazgo (que por cierto cada día me gusta menos ante la imagen que promueve en ciertos contextos). No podemos olvidar que Pablo está hablando de libertad en Cristo, precisamente porque los judaizantes están tratando de cortar esta libertad añadiendo al evangelio prácticas judías concretas que quieren ser impuestas a los gentiles. Pablo explica como desde el principio, los que eran considerados ejemplos y modelos en la iglesia no impusieron en ningún momento lo que los judaizantes quieren ahora imponer. Sin embargo, llama mi atención, que Pablo hace referencia a que el reconocimiento de esos líderes que actuaron adecuadamente, no es determinante para acatar todo lo que digan o hagan, además, con respecto al liderazgo, no podemos olvidar que Dios no hace acepción de personas, aunque tristemente nosotros y nuestros modelos reflejan otra cosa:

"En cuanto a los que eran tenidos por dirigentes —no me interesa lo que cada uno de ellos fuera antes, pues Dios no se fija en las apariencias—, esos dirigentes, digo, nada adicional me impusieron." (2:6)

Más adelante Pablo muestra como cristianos con un importante liderazgo y reconocimiento, entre ellos Pedro el apóstol, fueron enfrentados por él:

"Viendo, pues, que su proceder no se ajustaba a la verdad del mensaje evangélico, eché en cara a Pedro delante de todos..." (2:14a)

Todo ello me hace pensar que en la iglesia nuevatestamentaria; los reconocimientos, las funciones y los títulos no nos exime de ser evaluados y corregidos.

Por otro lado, estoy prácticamente seguro de que la mayoría de cristianos aceptan que solo la obra de Jesús nos hace justos y nos permite la amistad con Dios sin ninguna obra adicional a la que Él mismo ha realizado (2:16), sin embargo, en la práctica todavía podemos tratar de imponer a otros nuestras visiones y puntos de vista personales, por lo que asuntos como asistir a eventos y programas concretos, el modelo de liderazgo, el uso o no de ciertos dones, el manejo del dinero en la comunidad etc. pueden acabar tomando un lugar que no le corresponden. 

No es malo que tengamos puntos de vistas y énfasis diferentes, Dios nos pide unidad no uniformidad. De hecho este pasaje nos habla de como Pablo percibe que Dios le envía a proclamar el evangelio a los gentiles, así como otros son enviados a compartir el evangelio con los judíos. El problema viene cuando lo que es un punto de vista o énfasis personal lo queremos imponer a otros, y en ese momento, cortamos la libertad en Cristo y distorcionamos la esencia del evangelio.

Hoy nuestros modelos eclesiológicos han enfatizado desmedidamente los títulos y posiciones de algunos cristianos, hasta el punto que muchos ni se cuestionan lo que enseñan o lo que practican. Sin embargo, cuando vemos que se trata de imponer lo que no es esencial, debemos estar dispuesto a dar un rotundo no, así como Pablo nos dio ejemplo.

Pienso en la necesidad de revisar nuestro modelo de liderazgo, en como podemos enseñar a nuestros discípulos a vivir en la libertad y en saber detectar todo aquello que la limita. Quizás debemos empezar nosotros mismos reconociendo cuanto de nuestro punto de vista no es esencial y por tanto, no debe ser nunca impuesto, ni aun de manera sutil. 

¿En tu comunidad el liderazgo atiende a una autoridad moral o posicional? ¿Cómo afecta el modelo de liderazgo a la hora de evaluar nuestros énfasis y libertad en Cristo? ¿Qué asuntos secundarios me cuesta aceptar en los hermanos en Cristo de mi comunidad? ¿Qué implica para mi liderar sin limitar la libertad en Cristo de otros?


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