Llego al famoso enfrentamiento de David con el gigante Goliat, y estas palabras del joven muchacho a su oponente son las que me resaltan hoy:
"David le respondió: — Tú vienes contra mí armado de espada, lanza y jabalina; yo voy contra ti en nombre del Señor del universo, el Dios de las huestes de Israel, a quien tú has desafiado." (17:45)
David rehusó ir a luchar con armadura y espada, tal como Saúl le propuso. El sabía que esas armas no eran las más adecuadas en su caso. Ir a luchar con un guerrero adiestrado con piedras y una honda, puede parecer una imprudencia, sin embargo, David tenía claro que era lo más conveniente en su caso, y que por encima de todo, el éxito del enfrentamiento se basaba en que era el Señor quien le respaldaba.
Cuando enfrentamos las dificultades y los retos bajo la guía y presencia del Señor, las apariencias ante el mundo no sirven de mucho. Y es cierto que podemos parecer muy ridículos desde la cosmovisión de otros:
"El filisteo le dijo a David: — ¿Acaso me tomas por un perro y vienes a atacarme con un palo?" (17:43a)
La iglesia china enfrentó bajo el gobierno comunista la pérdida de sus misioneros, de sus seminarios teológicos, de sus edificios de reunión y de su libertad religiosa. En occidente pensamos que la iglesia china estaba condenada a debilitarse e incluso a desaparecer, pero cuando hubo oportunidad de entrar al país y reunirse con la iglesia "underground", descubrimos que no estaba debilitada, sino que había crecido en unas proporciones pandémicas, mucho más allá de los grandes avivamientos denominacionales que tanto estudiamos y anhelamos.
Todo ello me hace pensar, que quizás nuestra confianza a menudo está puesta en recursos humanos, cuando en realidad debería estar puesta en el Señor.
A menudo, cuando expreso esto, encuentro que algunos cristianos concluyen que centrarse en el Señor implica que nos de igual los recursos y estructuras que usemos en nuestra eclesiología o ante los retos del siglo XXI, pero yo me planteo si detrás de dicho razonamiento, se puede esconder un no querer revisar aquello que quizás no es lo más adecuado (así como no era adecuada la armadura para David). En tal caso, estaríamos escondiendo en realidad una falta de confianza en el Señor y una negligencia por hacer uso de instrumentos inadecuados en los que en cierta manera estamos depositando nuestra esperanza.
Pienso en como enfrentamos el ser sal y luz para una generación que a menudo rehúsa sentarse entre cuatro paredes para recibir desde una plataforma como debe pensar y como debe vivir. Como llevamos el evangelio a aquellos que necesitan espacio para exponer sus preguntas y sus dudas. Como acompañamos espiritualmente a aquellos que buscan una familia y no una institución religiosa. ¿Es posible que David con la armadura de Saúl, pueda ser también una metáfora de como la iglesia enfrenta hoy algunos retos del siglo XXI?
El "siempre se hizo así" suele esconder una confianza en los recursos más que en el Señor. Pues confiar en el Señor, muchas veces implica enfrentar los retos precisamente como el resto del mundo no lo enfrentaría. Y si, es una locura enfrentar a un gigante guerrero con una honda y piedras, pero es ahí donde nuestra fe es probada.
"David le respondió: — Tú vienes contra mí armado de espada, lanza y jabalina; yo voy contra ti en nombre del Señor del universo, el Dios de las huestes de Israel, a quien tú has desafiado." (17:45)
David rehusó ir a luchar con armadura y espada, tal como Saúl le propuso. El sabía que esas armas no eran las más adecuadas en su caso. Ir a luchar con un guerrero adiestrado con piedras y una honda, puede parecer una imprudencia, sin embargo, David tenía claro que era lo más conveniente en su caso, y que por encima de todo, el éxito del enfrentamiento se basaba en que era el Señor quien le respaldaba.
Cuando enfrentamos las dificultades y los retos bajo la guía y presencia del Señor, las apariencias ante el mundo no sirven de mucho. Y es cierto que podemos parecer muy ridículos desde la cosmovisión de otros:
"El filisteo le dijo a David: — ¿Acaso me tomas por un perro y vienes a atacarme con un palo?" (17:43a)
La iglesia china enfrentó bajo el gobierno comunista la pérdida de sus misioneros, de sus seminarios teológicos, de sus edificios de reunión y de su libertad religiosa. En occidente pensamos que la iglesia china estaba condenada a debilitarse e incluso a desaparecer, pero cuando hubo oportunidad de entrar al país y reunirse con la iglesia "underground", descubrimos que no estaba debilitada, sino que había crecido en unas proporciones pandémicas, mucho más allá de los grandes avivamientos denominacionales que tanto estudiamos y anhelamos.
Todo ello me hace pensar, que quizás nuestra confianza a menudo está puesta en recursos humanos, cuando en realidad debería estar puesta en el Señor.
A menudo, cuando expreso esto, encuentro que algunos cristianos concluyen que centrarse en el Señor implica que nos de igual los recursos y estructuras que usemos en nuestra eclesiología o ante los retos del siglo XXI, pero yo me planteo si detrás de dicho razonamiento, se puede esconder un no querer revisar aquello que quizás no es lo más adecuado (así como no era adecuada la armadura para David). En tal caso, estaríamos escondiendo en realidad una falta de confianza en el Señor y una negligencia por hacer uso de instrumentos inadecuados en los que en cierta manera estamos depositando nuestra esperanza.
Pienso en como enfrentamos el ser sal y luz para una generación que a menudo rehúsa sentarse entre cuatro paredes para recibir desde una plataforma como debe pensar y como debe vivir. Como llevamos el evangelio a aquellos que necesitan espacio para exponer sus preguntas y sus dudas. Como acompañamos espiritualmente a aquellos que buscan una familia y no una institución religiosa. ¿Es posible que David con la armadura de Saúl, pueda ser también una metáfora de como la iglesia enfrenta hoy algunos retos del siglo XXI?
El "siempre se hizo así" suele esconder una confianza en los recursos más que en el Señor. Pues confiar en el Señor, muchas veces implica enfrentar los retos precisamente como el resto del mundo no lo enfrentaría. Y si, es una locura enfrentar a un gigante guerrero con una honda y piedras, pero es ahí donde nuestra fe es probada.
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