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SOLUCIONAR EL CONFLICTO (SANTIAGO 4)

El capítulo cuatro empieza con una pregunta que me interesa:

"¿De dónde surgen los conflictos y las luchas que hay entre vosotros?" (4:1a) 

Pienso en mis últimos conflictos, en esos momentos en los que me he sentido herido y otras personas me han mostrado que se han sentido heridas por mi. Creo que todas las personas podemos reconocer momentos así más allá de la comunidad cristiana, en nuestros hogares, lugares de trabajo, vecindarios, y aun con desconocidos. 

Los expertos en Comunicación No Violenta (C.N.V.) dicen que nuestras necesidades son el motor de la vida ya que nos mueven. La cuestión es como respondemos a las necesidades que tenemos o como respondemos cuando otras personas parecen obstaculizar alguna necesidad. Es interesante que algunos expertos en C.N.V. hablen de que la cuestión en la comunicación para que sea más o menos violenta se relaciona en que las respuestas a nuestras necesidades estén alineadas con la vida. Desde mi cosmovisión cristiana, se trata de estar alineado con Dios que es  Vida y Amor. Los expertos en C.N.V. y Santiago están de acuerdo en que el problema en los conflictos se generan primeramente en nuestras capas más profundas. Santiago dice que tales conflictos proceden de nuestras pasiones internas.

"Sin duda, de las pasiones que lleváis siempre en pie de guerra en vuestro interior." (4:1b)

 Más adelante Santiago habla de nuestra conexión con un sistema violento al que llama "mundo", es decir, la posibilidad de responder sin estar alineados con Dios:

"¡Gente infiel! ¿No sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto, quien pretende tener al mundo por amigo, se hace enemigo de Dios." (v. 4)

Mi amigo Félix Ortiz comenta sobre este texto en su blog: "Santiago va al centro del problema, nuestra lealtad. Si somos leales al mundo, aquí mundo significa el presente sistema social, económico y cultural con sus valores, actitudes, prioridades y conductas, necesariamente entraremos en conflictos con Dios y su manera de entender la vida y, como consecuencia, con nuestros hermanos."

La pregunta para mí es: ¿Estoy dispuesto a reconocer que los conflictos que enfrento son frutos de mi amistad con el mundo (o lo que es lo mismo, mi desconexión con la Vida y el Amor que es Dios mismo)? 

El conflicto que enfrento en mi vida cotidiana, a la luz de la enseñanza de Santiago, me invita a un examen interno de lo que en verdad hay en lo profundo de mi corazón: mis necesidades y mi posible conexión con un sistema errado de respuesta.

Una de las señales de mi conexión o amor con lo que Santiago llama "mundo" es hablar a otras personas como si yo posyera la verdad absoluta. Es una manera, por lo general muy sutil, de conectarme con la arrogancia y la falta de humildad. Eso me lleva a no escuchar, a no empatizar y a no entender en realidad a mi prójimo (aun cuando creo que lo entiendo), de esta manera contribuyo al conflicto y al alzamiento de barreras interpersonales. 

Si la esencia del pecado es querer ser como Dios independientemente de lo que él ha establecido, mi actitud de soberbia es un síntoma de dicho pecado y por eso las palabras de Santiago son tan acertadas y propicias, a la vez que difíciles de aceptar para alguien que desea hacerlo todo bien y no cree que detrás de ello hay inseguridad que brota como arrogancia:

"...Dios hace frente a los orgullosos y concede, en cambio, su favor a los humildes. Someteos, pues, a Dios y resistid al diablo, que no tendrá más remedio que huir. Acercaos a Dios, y Dios se acercará a vosotros. ¡Limpiad vuestras manos, pecadores! ¡Purificad vuestros corazones, los que os portáis con doblez! Reconoced vuestra miseria; llorad y lamentaos: que la risa se os convierta en llanto, y en tristeza la alegría. Humillaos ante el Señor y él os ensalzará." ((6b-10)

Si, mi soberbia sale a la luz cada vez que trato de ser como Dios juzgando a los demás y creando así una comunicación violenta. Juzgo a mis hermanos, a mi pareja, a mis hijas, a mis compañeros de trabajo etc. Muy probablemente, lo que realmente pasa, es que me juzgo a mi mismo duramente, y como no aguanto dicha dureza, prefiero proyectar el problema fuera de mí. Quiero ser como Dios, con capacidad de juzgar, pero en realidad lo imito muy mal, pues el Dios que Jesús nos revela nos ofrece una mirada de compasión y gracia ante nuestras peores miserias. Con sus ojos, mirar mis errores y el de los demás nunca quedaría en cargas de culpabilidad, sino más bien en gracia transformadora. 

La enseñanza de Santiago me lleva a salir de ese jugar a ser Dios:

"¿Quién eres tú, entonces, para erigirte en juez del prójimo?" (12b)

Si, mi soberbia también sale a la luz cada vez que trato de ser un dios que quiere controlarlo todo, las personas, las circunstancias, el futuro. Y Santiago vuelve a preguntar:

"¿sabéis, acaso, qué os sucederá mañana?" (14a)

Concluyo por tanto que los conflictos que enfrento conmigo y con los demás, surgen de responder a mis necesidades profundas desconectado de Dios y conectado con una cultura de dominación y arrogancia a la que Santiago llama mundo. El mundo me invita a olvidar a los demás y a creer que puedo andar por ahí juzgando y controlando todo como si yo fuera un dios, en definitiva, decidiendo lo que está bien y está mal independientemente de lo que el Creador ha establecido.

La solución a dicho conflicto pasa por tomar consciencia de mi conexión con el mundo (este sistema errado de valores y respuestas)  que me lleva a contribuir a un mundo más desconectado con otras personas. Y una vez tomada dicha consciencia, Santiago lo dice así de claro: "Humillaos ante el Señor".

Dejar la lealtad al mundo y ser leal a Dios y resistir al diablo, implica soltar el control y alinearme con la Vida y Amor que es Dios, algo que es central en el Camino de la fe y que hará de nosotras personas más flexibles:

"Haríais mejor en decir: "Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello"" (v. 15)

¿Cuáles son los últimos conflictos que has tenido con otras personas? Trata de recordarlos sin juzgar, sin responsabilizar a otras personas de lo que han dicho o hecho sino responsabilizándote de tus propias acciones y respuestas ¿Puedes ver en tu respuestas una conexión con el mundo o con el Amor y Vida que es Dios? Trata de explicarte





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