En los capítulos dieciséis y diecisiete aun nos encontramos con el Maestro camino a Jerusalén. A través de parábolas Jesús muestra la relevancia del camino de la fe aquí y ahora y su repercusión eterna. Por ejemplo, el usar nuestro dinero para bendecir a los demás teniendo en cuenta la perspectiva eterna de la vida, es mostrado como una acción inteligente. Los corruptos usan el dinero de manera astutamente para conseguir amigos y de esa manera tener influencias (16:1-15) , Jesús nos invita a que nuestra inteligencia parta de la perspectiva eterna de la vida:
"Por eso, os aconsejo que os ganéis amigos utilizando las riquezas de este mundo. Así, cuando llegue el día de dejarlas, habrá quien os reciba en la mansión eterna." (16:9)
Una perspectiva correcta de la eternidad, nos lleva a mirar la realidad que nos rodea de manera diferente. La parábola del rico y Lázaro, nos recuerda que vivir de manera egoísta en este mundo, mirando hacía oro lado ante las necesidades de los que se cruzan en nuestro camino, no es el camino que nos llevará a la paz que tanto anhelamos y necesitamos hoy y mañana (16:19-31).
Sin embargo, la perspectiva del Maestro, no tiene que ver solamente con una vida después de la muerte. Equivocadamente, la cristiandad ha entendido la venida del reino solo como un evento futuro. Una parte de la cristiandad ha entendido la realidad presente solo como la oportunidad para conseguir el "boleto" que nos asegura la entrada en el Cielo. El perdón de pecados se ha convertido en muchos círculos en el único objetivo de valor, de tal manera que lo que realmente importa, no siempre es como vivamos hoy, sino que poseamos la etiqueta que solo será detectada por el escáner divino para pasar a la otra vida, ya que sin ese escáner sería imposible identificar el producto por su forma presente.
Dallas Willard decía que tener un seguro para un coche que no funciona no tiene sentido, necesitamos un coche que nos sirva hoy y que posea a la vez el seguro. Eso es lo que hace Jesús, aplicar la fe a la vida cotidiana presente sin perder de vista la repercusión de lo que hacemos hoy para un futuro de restauración completa. Es más, su énfasis y perspectiva del reino de Dios pone patas arriba nuestras creencias tradicionales, Él dijo:
"En realidad, el reino de Dios ya está entre vosotros." (17:21b)
El Cielo en la Biblia, no se relaciona solamente con un lugar lejano más allá de este mundo, muchas palabras que traducimos como cielo, en realidad podrían ser traducidas perfectamente como atmósfera, como el aíre que nos rodea. Es desde esta atmósfera que Dios envió las plagas, y después habló a los extranjeros liberados de Egipto. Es desde esta atmósfera que se manifestó como columna de humo y de fuego y desde donde habló a Pedro cuando oraba en su azotea. Entender que Dios es Espíritu y que el cielo no puede contenerle, nos permite ver que el Reino de los Cielos, en realidad, siempre ha estado alrededor de nosotros.
Entonces, ¿Qué quería decir Jesús cuando dijo que el reino de Dios se ha acercado o que ya está entre vosotros? Creo que no debemos entender sus palabras como una afirmación de que antes no estaba, sino más bien como una manera de expresar su accesibilidad presente.
La vida en el reino de Dios es una realidad presente tremendamente accesible gracias a la persona de Jesús. Tiene que ver con que la voluntad de Dios puede ser llevada a cabo hoy, ahí donde vivimos, con nuestra manera de tratar al prójimos, de usar nuestras riquezas, de responder al mal... Por ello la vida cristiana, no es solo un conjunto de creencias que necesitamos aceptar para garantizarnos la vida después de la muerte, es también vida nueva y eterna aquí y ahora. Entender esto nos lleva a no separar nuestro intelecto de nuestro estilo de vida, a entender que el perdón de pecados y la nueva manera de vivir tampoco deben ser separados y a involucrarnos en un camino de formación espiritual donde la fe es activa, nos saca de la zona de confort y nos permite crecer cada día más a la semejanza de Jesús bajo la esperanza de que finalmente la muerte no vencerá y todas las cosas serán restauradas.
¿Vivo la fe solo como un conjunto de dogmas a aceptar o como un estilo de vida integral? ¿Cómo afecta mi realidad presente el hecho de que el reino de Dios esté aquí?
"Por eso, os aconsejo que os ganéis amigos utilizando las riquezas de este mundo. Así, cuando llegue el día de dejarlas, habrá quien os reciba en la mansión eterna." (16:9)
Una perspectiva correcta de la eternidad, nos lleva a mirar la realidad que nos rodea de manera diferente. La parábola del rico y Lázaro, nos recuerda que vivir de manera egoísta en este mundo, mirando hacía oro lado ante las necesidades de los que se cruzan en nuestro camino, no es el camino que nos llevará a la paz que tanto anhelamos y necesitamos hoy y mañana (16:19-31).
Sin embargo, la perspectiva del Maestro, no tiene que ver solamente con una vida después de la muerte. Equivocadamente, la cristiandad ha entendido la venida del reino solo como un evento futuro. Una parte de la cristiandad ha entendido la realidad presente solo como la oportunidad para conseguir el "boleto" que nos asegura la entrada en el Cielo. El perdón de pecados se ha convertido en muchos círculos en el único objetivo de valor, de tal manera que lo que realmente importa, no siempre es como vivamos hoy, sino que poseamos la etiqueta que solo será detectada por el escáner divino para pasar a la otra vida, ya que sin ese escáner sería imposible identificar el producto por su forma presente.
Dallas Willard decía que tener un seguro para un coche que no funciona no tiene sentido, necesitamos un coche que nos sirva hoy y que posea a la vez el seguro. Eso es lo que hace Jesús, aplicar la fe a la vida cotidiana presente sin perder de vista la repercusión de lo que hacemos hoy para un futuro de restauración completa. Es más, su énfasis y perspectiva del reino de Dios pone patas arriba nuestras creencias tradicionales, Él dijo:
"En realidad, el reino de Dios ya está entre vosotros." (17:21b)
El Cielo en la Biblia, no se relaciona solamente con un lugar lejano más allá de este mundo, muchas palabras que traducimos como cielo, en realidad podrían ser traducidas perfectamente como atmósfera, como el aíre que nos rodea. Es desde esta atmósfera que Dios envió las plagas, y después habló a los extranjeros liberados de Egipto. Es desde esta atmósfera que se manifestó como columna de humo y de fuego y desde donde habló a Pedro cuando oraba en su azotea. Entender que Dios es Espíritu y que el cielo no puede contenerle, nos permite ver que el Reino de los Cielos, en realidad, siempre ha estado alrededor de nosotros.
Entonces, ¿Qué quería decir Jesús cuando dijo que el reino de Dios se ha acercado o que ya está entre vosotros? Creo que no debemos entender sus palabras como una afirmación de que antes no estaba, sino más bien como una manera de expresar su accesibilidad presente.
La vida en el reino de Dios es una realidad presente tremendamente accesible gracias a la persona de Jesús. Tiene que ver con que la voluntad de Dios puede ser llevada a cabo hoy, ahí donde vivimos, con nuestra manera de tratar al prójimos, de usar nuestras riquezas, de responder al mal... Por ello la vida cristiana, no es solo un conjunto de creencias que necesitamos aceptar para garantizarnos la vida después de la muerte, es también vida nueva y eterna aquí y ahora. Entender esto nos lleva a no separar nuestro intelecto de nuestro estilo de vida, a entender que el perdón de pecados y la nueva manera de vivir tampoco deben ser separados y a involucrarnos en un camino de formación espiritual donde la fe es activa, nos saca de la zona de confort y nos permite crecer cada día más a la semejanza de Jesús bajo la esperanza de que finalmente la muerte no vencerá y todas las cosas serán restauradas.
¿Vivo la fe solo como un conjunto de dogmas a aceptar o como un estilo de vida integral? ¿Cómo afecta mi realidad presente el hecho de que el reino de Dios esté aquí?
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