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EL HOMBRE NO TIENE AUTORIDAD SOBRE LA MUJER (EFESIOS 5:21-33)

Uno de los versículos peor interpretados en las Escrituras es el siguiente:

"Las casadas estén sujetas a su propio marido, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza y salvador del cuerpo, que es la Iglesia." (5:22-23)

Con frecuencia, nos asomamos a las páginas del Nuevo Testamento con las gafas que nos han ofrecido nuestra cultura, aun tan infectada de la cosmovisión patriarcal de la familia, y eso nos lleva a una lectura demasiado rápida y a unas aplicaciones demasiado horribles, sobre todo cuando se trata de posiciones de sometimiento de unos seres humanos sobre otros por razón de sexo.

No cabe duda que el contexto de Pablo es el de una cultura patriarcal, y no debemos confundir el contexto con los principios bíblicos universales. Si bien los escritores bíblicos no están despojados de sus contextos históricos, hemos de reconocer que a la vez, nos dan pistas desde los siglos pasados para el nuevo camino hacía un mundo restaurado, el cual se está abriendo delante de ellos y que se acabará abriendo ante toda persona. 

Una interpretación patriarcal de Efesios 5:22-24 se aleja del principio universal de equidad entre el hombre y la mujer. De hecho, aun desde una cultura patriarcal, el libro de Génesis nos deja ver que el enseñoreamiento del hombre sobre la mujer, es una consecuencia directa de la caída, de nuestra rebelión hacía Dios: "...tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti." (Génesis 3:16b). Sin embargo, son buenas noticias saber que "El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo." (1ª Juan 3:8b) , si me permites la paráfrasis, para restaurar lo que el pecado ha distorsionado. Si, el enseñoreamiento del hombre sobre la mujer también.

El principio más claro de la vida del Reino de Dios, implica la supremacía de Cristo como única cabeza y recupera todo aquello que el pecado ha distorsionado y que implicaba barreras y/o posiciones de sometimiento por razones de nacionalidad, clase social o sexo:

"Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús." (Gálatas 3:26-28)

Esta es la razón por la que las mujeres en el ministerio de Jesús asumen roles contra corriente y escandalosos en el sistema patriarcal de la época así como señala el sociólogo Julio Córdova: "Se sientan a aprender a los pies del Maestro (Lc. 10:38-42). Son líderes con el mismo estatus “que los doce” apóstoles (Lc. 8:1-3). Son evangelistas (Jn. 4:28-29). Son las primeras entre los gentiles en creer en el Señor (Mr. 7:25-30); mientras los hombres huyen ante el arresto de Jesús, ellas permanecen fieles durante su crucifixión (Jn. 19:25); las mujeres son las primeras en ver y anunciar la resurrección de Jesús (Jn. 20:11-18)." 

Y también en la iglesia primitiva: "Reciben los mismos dones y ministerios que los hombres. El Espíritu Santo no hace “distinción de género” (1 Co. 12:4-7). Hay mujeres profetas (Hch. 21:8-9), maestras (Hch. 18:24-26), pastoras (Ro. 16:1) y apóstoles (Ro. 16:7). Pablo habla de las mujeres como sus compañeras de milicia, con el mismo rango de autoridad que él (Ro. 16:3-4)." (Julio Cordova)

Si entendemos el contexto sumamente patriarcal en el que se narran estos hechos, podemos darnos cuenta de como se está abriendo una nueva cosmovisión en una realidad aun en transición. 

Ya hemos visto en los comentarios a capítulos anteriores, como Pablo está mostrando a los Efesios la unidad que hemos recibido al estar en Cristo Jesús, y esa unidad se hace evidente no solo entre judíos y gentiles, sino también en medio del matrimonio. Entonces ¿por qué Pablo habla del marido como cabeza? ¿Acaso la única cabeza de cualquier miembro del cuerpo no debe ser solo Cristo? No perdamos de vista que Pablo ha entrado a aplicar la relación de Cristo con la iglesia a relaciones sociales significativas en su contexto histórico, incluyendo: personas casadas entre ellas, padres/madres con sus hijas/os, esclavos y amos entre ellas... Por cierto, las historias y enseñanzas de esclavos y amos a lo largo de la Biblia han sido la inspiración para los grandes abolicionistas cristianos de la historia... a la vez debemos reconocer que para otros, los mismos textos sirvieron para tratar de mantener la esclavitud y el machismo en el mundo en nombre de Dios... ¿no nos habla esto de la importancia de entender y manejar el contexto de nuestro libro sagrado y de los problemas de no hacerlo?

Para entender como aplicar hoy Efesios 5:22-23 sin contradecirlo con toda la luz acerca de lo que está moviéndose a nivel de transformación social, nos ayudará además de reconocer el contexto de Pablo, el prestar atención a la palabra original que está siendo traducida aquí por "cabeza". Se trata de la palabra "kefalé" que nos da la idea de "fuente", "origen" y que no se usa en ningún escrito de la época para designar una autoridad. Es decir, la idea está relacionada con ser origen, y no como una alusión a limitaciones de funciones o capacidad. Por otro lado, cuando Pablo dice que la mujer se "sujete" a su marido, " se utiliza la forma pasiva del verbo (jupatasso) que implica “seguir voluntariamente el ejemplo del otro”, antes que la forma activa del mismo (jupakúo) que implica subordinarse." (Julio Cordova)

El teólogo José María  Gónzalez Campa aporta lo siguiente:

“Así que, como la Iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo”. No se trata pues de que la esposa se sujete a los caprichos o a las determinaciones arbitrarias y machistas de los maridos, sino a que su relación con el marido se base en principios similares a la que Cristo como cabeza de la Iglesia, mantiene con ella como su esposa."

Por otro lado, hay un mal entendimiento de la palabra sometimiento, desde unas connotaciones negativas, pero no debemos olvidar que la recomendación clara del apóstol es:

"Someteos unos a otros en el temor de Dios." (5:21)

Es decir, Pablo no está pidiendo para las mujeres casadas algo que no esté pidiendo que hagan también los maridos con el resto de la comunidad cristiana, incluyendo a sus propias mujeres. El sometimiento practico que funciona en la vida del Reino implica "un@s a otr@s" y nada tiene que ver con el "unos sobre otras". En el mundo de la formación espiritual suelen hilar muy fino con la disciplina del sometimiento, dejando muy claro que el propósito y meta de dicha disciplina en realidad es darnos libertad de una sutil esclavitud. En mi caso, reconozco que necesito ser libre de la carga de siempre obtener lo que deseo o de la obsesión de que las cosas sean como yo quiero, el someterme es una importante práctica para mi, y lo hago voluntariamente y sin que nadie me lo exija desde una posición de rango y privilegio. Así entiendo la invitación de Pablo a someternos unas personas a otras.  

Todo ello nos habla de que la manera práctica de mantener la unidad en el matrimonio, no es a través de posiciones de autoridad de unos sobre otros, sino a través de una mutua y voluntaria sujeción. Esta mirada nos permite también ver Efesios 5:22-23 en armonía con el hecho de que en la narrativa bíblica el enseñoreamiento de uno sobre otro es una consecuencia del pecado (como ya señalamos) y que la restauración de todas las cosas nos lleva a una nueva humanidad; diferente a la que la historia y tristemente aun también nuestra cultura actual llena de posiciones de personas sobre otras nos ofrece con tanta frecuencia.

¿Qué significa para mi someterme a otras personas? ¿Cómo debería responder a una exigencia de sometimiento en la iglesia por algún tipo de rango o privilegio? ¿Cuáles son los peligros de no entender la disciplina del sometimiento como un medio liberardor y voluntario? ¿Es para mi el "someteos los unos a los otros" la luz que alumbra textos más oscuros? Si eres un hombre que reconoces tu socialización machista (deseo que así sea) ¿cómo aplicamos esta máxima de Pablo para la iglesia ("someteos a otras personas mutuamente en el temor de Dios" 5:21) cuando se trata de tu mujer o de otras mujeres en la comunidad?

Comentarios

  1. Vuestras mujeres callen en las iglesias; porque no les es permitido hablar, sino que también se puede usar, como también la ley lo dice. Y si quieren algo entretenido, pregunten en casa a sus maridos; porque vergonzoso es que una mujer hable en la iglesia. ¿Acaso ha salido de la palabra de Dios? ¿O solamente a vosotros ha llegado? Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escriba hijo mandamientos del Señor. "(1 Corintios 14: 34-38)

    ¿Obedecer a Dios o Hacer Concesiones

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  2. Siempre obedecer a Dios, y nunca pretender que su interpretación no pueda ser una concesión también. Comento el pasaje de 1ª Corintios 14 en el siguiente enlace: http://www.siendoiglesia.com/2016/04/mujeres-callando-o-todos-participando-1.html

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