Cantares se compone de cinco cantares poéticos, hoy me adentro en el final del segundo poema y en el tercero completo.
El teólogo José Manuel Gónzalez Campa nos anima a entender la historia como el sueño de la Sulamita, donde lo inconsciente en la novia está siendo liberado y expresado mediante símbolos oníricos.
En todo caso, lo que la novia está sintiendo en su sueño es un anhelo profundo por su amado, y esto le lleva, ya sea en el mismo sueño o al despertar, a una intensa búsqueda:
"Entonces me levanté
y recorrí la ciudad;
por las calles y las plazas
busqué al amor de mi vida," (3:2a)
Pienso en como el amor implica acción, sacarnos de donde estamos, por cómodo que sea nuestra posición, para agradar a quien amamos. Pienso en mi amor por Jesús y en las acciones que deben motivarme para conocerle más y obedecerle. Pienso en el amor hacía mi mujer y mis hijas y en todos los actos sencillos que pueden ser actos de amor: subir unas escaleras para llevarles comida, despertarme en la noche para darles agua... El sacrificio puedo extenderlo al resto de mi familia, amigos, vecinos, compañeros... ¿Qué actos me sacan de la comodidad para revelar mi amor por otros? El amor, acompañado o no de emociones intensas, implican siempre movimiento en favor de aquellos a quienes amamos.
El tercer cantar empieza con una descripción de la carroza de Salomón en procesión, probablemente nupcial, lo cual nos recuerda el esplendor e importancia de la unión matrimonial. A continuación, el amado describe a su amada con hermosas comparaciones, no hay rincón de su cuerpo que no observe y se deleite en describir, desde su cabello a sus rincones más íntimos. Semejante descripción no podía acabar de otra manera: la amada le invita a a tomar lo que desea:
Amado:
"¡Qué hermosa eres, amor mío!
¡Qué hermosa eres!
Tus ojos son palomas entre el velo,
y tu pelo, un rebaño de cabras
que baja las laderas de Galaad" (4:1)
Amada:
"¡Despierta, cierzo!
¡Ven aquí, ábrego!
Oread mi jardín,
que esparza sus aromas.
Que venga mi amor a su jardín
y coma de sus frutos exquisitos." (4:16)
Para el amado, ella es deseable, refrescante como una fuente. Todo ello me lleva a pensar en cuáles son mis palabras para mi amada. También pienso en si yo soy para ella un motivo de deleite y refrigerio o una descarga de quejas y problemas . ¿Cuáles son mis palabras cuando la veo? ¿Hay actitudes en mi que deben ser corregidas por el amor?
El teólogo José Manuel Gónzalez Campa nos anima a entender la historia como el sueño de la Sulamita, donde lo inconsciente en la novia está siendo liberado y expresado mediante símbolos oníricos.
En todo caso, lo que la novia está sintiendo en su sueño es un anhelo profundo por su amado, y esto le lleva, ya sea en el mismo sueño o al despertar, a una intensa búsqueda:
"Entonces me levanté
y recorrí la ciudad;
por las calles y las plazas
busqué al amor de mi vida," (3:2a)
Pienso en como el amor implica acción, sacarnos de donde estamos, por cómodo que sea nuestra posición, para agradar a quien amamos. Pienso en mi amor por Jesús y en las acciones que deben motivarme para conocerle más y obedecerle. Pienso en el amor hacía mi mujer y mis hijas y en todos los actos sencillos que pueden ser actos de amor: subir unas escaleras para llevarles comida, despertarme en la noche para darles agua... El sacrificio puedo extenderlo al resto de mi familia, amigos, vecinos, compañeros... ¿Qué actos me sacan de la comodidad para revelar mi amor por otros? El amor, acompañado o no de emociones intensas, implican siempre movimiento en favor de aquellos a quienes amamos.
El tercer cantar empieza con una descripción de la carroza de Salomón en procesión, probablemente nupcial, lo cual nos recuerda el esplendor e importancia de la unión matrimonial. A continuación, el amado describe a su amada con hermosas comparaciones, no hay rincón de su cuerpo que no observe y se deleite en describir, desde su cabello a sus rincones más íntimos. Semejante descripción no podía acabar de otra manera: la amada le invita a a tomar lo que desea:
Amado:
"¡Qué hermosa eres, amor mío!
¡Qué hermosa eres!
Tus ojos son palomas entre el velo,
y tu pelo, un rebaño de cabras
que baja las laderas de Galaad" (4:1)
Amada:
"¡Despierta, cierzo!
¡Ven aquí, ábrego!
Oread mi jardín,
que esparza sus aromas.
Que venga mi amor a su jardín
y coma de sus frutos exquisitos." (4:16)
Para el amado, ella es deseable, refrescante como una fuente. Todo ello me lleva a pensar en cuáles son mis palabras para mi amada. También pienso en si yo soy para ella un motivo de deleite y refrigerio o una descarga de quejas y problemas . ¿Cuáles son mis palabras cuando la veo? ¿Hay actitudes en mi que deben ser corregidas por el amor?
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