Llego al final del libro de Job, y reconozco que tras tanto diálogo y sermones, estaba deseando ver la intervención directa de Dios en todo este asunto. Dios se muestra a Job desde un torbellino y parece llevarlo por un tour cósmico. Le pregunta:
"¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?
Házmelo saber, si tienes inteligencia." (38:4)
Dios le hace preguntas bien irónicas a Job acerca de como funciona el universo, acerca de como operan los animales salvajes, los astros, la justicia y como encaja Dios aquellos elementos del mundo que son incontrolables representado en el texto mediante la figura de Behemot y Leviatán. Todo ello nos muestra que los argumentos de Job acerca de la justicia de Dios son demasiado limitados, ya que no tienen en cuenta el complejo funcionamiento y equilibrio de toda la creación. Los seres humanos tenemos un punto de vista muy pequeño de lo que ocurre, y es por ello que no estamos en posición de acusar al Dios creador y sustentador de todo. Que gran error pensar que podemos controlar o explicar cualquier cosa ante nuestros ojos, ignorando la existencia del misterio.
Mi amigo Felix Ortiz dice lo siguiente sobre el misterio:
"El misterio es una forma diferente de conocimiento. No es inferior al conocimiento científico. Tampoco superior, únicamente diferente. El misterio puede ser definido como una dosis excesiva de realidad que el cerebro humano no puede procesar. Es como si a una vieja computadora con un procesador 286 le cargáramos el sistema operativo Windows 7. ¿Cuál sería el resultado? El sistema se colgaría ante la imposibilidad de procesar tal cantidad de información. Así, por explicarlo de alguna manera, es el misterio, el territorio de Dios." Felix Ortiz (Estudio del Génesis)
El misterio no es una excusa para que no tratemos de entender, pero si es un elemento para que nos mantengamos humildes y flexibles en nuestros planteamientos.
Si, el mundo que Dios ha creado y donde hoy vivimos es bueno, tiene orden y hermosura, pero a la vez no es controlable, es salvaje y peligroso. En definitiva, el mundo tal y como hoy lo experimentamos, no está diseñado para garantizar 100% nuestro confort, no podemos garantizar el ser libres del sufrimiento ni tampoco siempre tendremos una respuesta satisfactoria al porque de ciertos sufrimientos.
Las religiones a menudo tratan de ofrecer respuestas sencillas a asuntos complejos, pero sin embargo, el libro de Job, no lo hace. Job nos deja sin responder la pregunta, y por el contrario nos invita a un acto de fe: confiar en la sabiduría de Dios.
Sin embargo, el libro de Job no nos habla de un Dios que siempre permanece callado y ausente, a veces es así como lo percibimos, pero su presencia llega un momento que se manifiesta, y al hacerlo, es suficiente para que todo cambie. Job no recibió respuesta concreta, pero recibió la presencia de Dios y le cambió, y acabó diciendo:
"De oídas te había oído;
Mas ahora mis ojos te ven.
Por tanto me aborrezco,
Y me arrepiento en polvo y ceniza." (42:5-6)
Job reconoce la necesidad de humillarse ante Dios, y ahora que su presencia le ha rodeado, puede hacerlo. Sin embargo, Dios no le dice a Job que se ha equivocado en como se ha manejado en el proceso del sufrimiento, más bien reprende a los amigos que trataban de dogmatizar acerca de lo que le pasaba. Si, Job hablaba desde su limitación, pero su expresión de dolor profunda y sincera parece que tuvo mejor acogida que los discursos que trataban de defender la justicia de Dios:
"...Jehová dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros; porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job." (42:7b)
¡Vaya! Estos tres acusaban a Job y fue Job quien puso en duda la justicia de Dios, sin embargo Job habló lo recto.
El libro acaba con un Job más bendecido que antes, que muere lleno de días. La causa de su bendición no se explica, no parece que se debe a una recompensa, más bien es un acto de gracia de Dios hacía él. Sin embargo, aunque la bendición de Job no podemos hacerla normativa para nadie, si me hace pensar que el sufrimiento no permanecerá, sin embargo la bendición de Dios si lo hará y un día resurgirá para quedarse eternamente.
En medio de mis muchos razonamientos y enseñanzas, ¿Qué aporta a mi vida espiritual la realidad del misterio? ¿Hay actitudes en mí que deben cambiar si reconozco la realidad de mis limitaciones?
"¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?
Házmelo saber, si tienes inteligencia." (38:4)
Dios le hace preguntas bien irónicas a Job acerca de como funciona el universo, acerca de como operan los animales salvajes, los astros, la justicia y como encaja Dios aquellos elementos del mundo que son incontrolables representado en el texto mediante la figura de Behemot y Leviatán. Todo ello nos muestra que los argumentos de Job acerca de la justicia de Dios son demasiado limitados, ya que no tienen en cuenta el complejo funcionamiento y equilibrio de toda la creación. Los seres humanos tenemos un punto de vista muy pequeño de lo que ocurre, y es por ello que no estamos en posición de acusar al Dios creador y sustentador de todo. Que gran error pensar que podemos controlar o explicar cualquier cosa ante nuestros ojos, ignorando la existencia del misterio.
Mi amigo Felix Ortiz dice lo siguiente sobre el misterio:
"El misterio es una forma diferente de conocimiento. No es inferior al conocimiento científico. Tampoco superior, únicamente diferente. El misterio puede ser definido como una dosis excesiva de realidad que el cerebro humano no puede procesar. Es como si a una vieja computadora con un procesador 286 le cargáramos el sistema operativo Windows 7. ¿Cuál sería el resultado? El sistema se colgaría ante la imposibilidad de procesar tal cantidad de información. Así, por explicarlo de alguna manera, es el misterio, el territorio de Dios." Felix Ortiz (Estudio del Génesis)
El misterio no es una excusa para que no tratemos de entender, pero si es un elemento para que nos mantengamos humildes y flexibles en nuestros planteamientos.
Si, el mundo que Dios ha creado y donde hoy vivimos es bueno, tiene orden y hermosura, pero a la vez no es controlable, es salvaje y peligroso. En definitiva, el mundo tal y como hoy lo experimentamos, no está diseñado para garantizar 100% nuestro confort, no podemos garantizar el ser libres del sufrimiento ni tampoco siempre tendremos una respuesta satisfactoria al porque de ciertos sufrimientos.
Las religiones a menudo tratan de ofrecer respuestas sencillas a asuntos complejos, pero sin embargo, el libro de Job, no lo hace. Job nos deja sin responder la pregunta, y por el contrario nos invita a un acto de fe: confiar en la sabiduría de Dios.
Sin embargo, el libro de Job no nos habla de un Dios que siempre permanece callado y ausente, a veces es así como lo percibimos, pero su presencia llega un momento que se manifiesta, y al hacerlo, es suficiente para que todo cambie. Job no recibió respuesta concreta, pero recibió la presencia de Dios y le cambió, y acabó diciendo:
"De oídas te había oído;
Mas ahora mis ojos te ven.
Por tanto me aborrezco,
Y me arrepiento en polvo y ceniza." (42:5-6)
Job reconoce la necesidad de humillarse ante Dios, y ahora que su presencia le ha rodeado, puede hacerlo. Sin embargo, Dios no le dice a Job que se ha equivocado en como se ha manejado en el proceso del sufrimiento, más bien reprende a los amigos que trataban de dogmatizar acerca de lo que le pasaba. Si, Job hablaba desde su limitación, pero su expresión de dolor profunda y sincera parece que tuvo mejor acogida que los discursos que trataban de defender la justicia de Dios:
"...Jehová dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros; porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job." (42:7b)
¡Vaya! Estos tres acusaban a Job y fue Job quien puso en duda la justicia de Dios, sin embargo Job habló lo recto.
El libro acaba con un Job más bendecido que antes, que muere lleno de días. La causa de su bendición no se explica, no parece que se debe a una recompensa, más bien es un acto de gracia de Dios hacía él. Sin embargo, aunque la bendición de Job no podemos hacerla normativa para nadie, si me hace pensar que el sufrimiento no permanecerá, sin embargo la bendición de Dios si lo hará y un día resurgirá para quedarse eternamente.
En medio de mis muchos razonamientos y enseñanzas, ¿Qué aporta a mi vida espiritual la realidad del misterio? ¿Hay actitudes en mí que deben cambiar si reconozco la realidad de mis limitaciones?
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