Tras señalar el juicio sobre el pueblo de Dios, el profeta se enfoca ahora en las naciones que rodean a Israel y luego también en los dos estados más poderosos en la zona. La manera en la que estos pueblos han actuado tampoco es correcta, y a ellos también se les anuncia las consecuencias de sus caminos. Dios no solo está interesado en Israel, sino en como el resto del mundo decide vivir.
Estás son las naciones sobre la que se anuncia juicio:
Amón:
"Luego recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, ponte de cara a la tierra de Amón y profetiza contra sus habitantes." (25:1-2)
Moab:
"Esto dice el Señor Soberano: dado que los moabitas dijeron que Judá es igual a las demás naciones" (25:8)
Edom:
"Esto dice el Señor Soberano: los edomitas pecaron grandemente al vengarse contra el pueblo de Judá." (25:12)
Filistea:
"Esto dice el Señor Soberano: los filisteos arremetieron contra Judá por amarga venganza y por desprecio acumulado." (25:15)
Estas son las potencias de la zona a las que se les anuncia también juicio:
Tiro y Sidón:
"«Hijo de hombre, Tiro se alegró por la caída de Jerusalén diciendo: “¡Ajá! La que era la puerta de entrada a las prósperas rutas comerciales del oriente ha sido destruida y ¡ahora es mi turno! ¡Dado que ella quedó desolada, yo me enriqueceré!”." (26:2)
"«Hijo de hombre, ponte de cara a la ciudad de Sidón y profetiza contra ella." (28:21)
Egipto:
"«Hijo de hombre, ponte de cara a Egipto y profetiza contra su rey —el faraón— y contra todo el pueblo egipcio." (29:2)
El capítulo treinta y tres deja a un lado las advertencias contra las naciones y señala la responsabilidad del profeta de avisar a Israel de las consecuencias de un camino de injusticia:
"Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida." (33:9)
Es decir, la labor profética tiene como fin que el pueblo sea librado de la destrucción, no simplemente darle noticias nefastas. Sin embargo, no ha acabado el capitulo cuando un fugitivo de Jerusalén llega hasta Ezequiel para anunciar que la conquista de Jerusalén ya se ha llevado a cabo, tal como fue profetizado:
"Aconteció en el año duodécimo de nuestro cautiverio, en el mes décimo, a los cinco días del mes, que vino a mí un fugitivo de Jerusalén, diciendo: La ciudad ha sido conquistada." (33:21)
Hay dos principios que me resaltan en el pasaje que abordo:
- Dios está interesado en la realidad mundial y no solo en lo que pasa en nuestro entorno inmediato. El saber esto, nos debería llevar como iglesia a salir de nuestras burbujas y ser capaces de interactuar más allá de nuestros programas, eventos y realidades subculturales. ¿Somos capaces de ver a Dios actuando y hablando más allá de nuestras estructuras y entorno inmediatos? ¿Qué papel jugamos al respecto como cuerpo de Cristo?
- Nuestra responsabilidad profética como iglesia, implica no mirar hacía otro lado ante las injusticias en el mundo. El cristiano Desmond Tutu dijo:
"Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor."
¿Hay algún mensaje que no debemos callar y/o algunas acciones que llevar a cabo ante lo que está pasando en el mundo?
Estás son las naciones sobre la que se anuncia juicio:
Amón:
"Luego recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, ponte de cara a la tierra de Amón y profetiza contra sus habitantes." (25:1-2)
Moab:
"Esto dice el Señor Soberano: dado que los moabitas dijeron que Judá es igual a las demás naciones" (25:8)
Edom:
"Esto dice el Señor Soberano: los edomitas pecaron grandemente al vengarse contra el pueblo de Judá." (25:12)
Filistea:
"Esto dice el Señor Soberano: los filisteos arremetieron contra Judá por amarga venganza y por desprecio acumulado." (25:15)
Estas son las potencias de la zona a las que se les anuncia también juicio:
Tiro y Sidón:
"«Hijo de hombre, Tiro se alegró por la caída de Jerusalén diciendo: “¡Ajá! La que era la puerta de entrada a las prósperas rutas comerciales del oriente ha sido destruida y ¡ahora es mi turno! ¡Dado que ella quedó desolada, yo me enriqueceré!”." (26:2)
"«Hijo de hombre, ponte de cara a la ciudad de Sidón y profetiza contra ella." (28:21)
Egipto:
"«Hijo de hombre, ponte de cara a Egipto y profetiza contra su rey —el faraón— y contra todo el pueblo egipcio." (29:2)
El capítulo treinta y tres deja a un lado las advertencias contra las naciones y señala la responsabilidad del profeta de avisar a Israel de las consecuencias de un camino de injusticia:
"Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida." (33:9)
Es decir, la labor profética tiene como fin que el pueblo sea librado de la destrucción, no simplemente darle noticias nefastas. Sin embargo, no ha acabado el capitulo cuando un fugitivo de Jerusalén llega hasta Ezequiel para anunciar que la conquista de Jerusalén ya se ha llevado a cabo, tal como fue profetizado:
"Aconteció en el año duodécimo de nuestro cautiverio, en el mes décimo, a los cinco días del mes, que vino a mí un fugitivo de Jerusalén, diciendo: La ciudad ha sido conquistada." (33:21)
Hay dos principios que me resaltan en el pasaje que abordo:
- Dios está interesado en la realidad mundial y no solo en lo que pasa en nuestro entorno inmediato. El saber esto, nos debería llevar como iglesia a salir de nuestras burbujas y ser capaces de interactuar más allá de nuestros programas, eventos y realidades subculturales. ¿Somos capaces de ver a Dios actuando y hablando más allá de nuestras estructuras y entorno inmediatos? ¿Qué papel jugamos al respecto como cuerpo de Cristo?
- Nuestra responsabilidad profética como iglesia, implica no mirar hacía otro lado ante las injusticias en el mundo. El cristiano Desmond Tutu dijo:
"Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor."
¿Hay algún mensaje que no debemos callar y/o algunas acciones que llevar a cabo ante lo que está pasando en el mundo?
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