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SUEÑOS Y VISIONES (ZACARÍAS 1:7-6:15)

Me adentro en una porción donde Zacarías recibe una serie de sueños y visiones. A lo largo de todas las Escrituras, nos encontramos con la idea de que Dios puede hablar a los seres humanos mientras duermen. Por ejemplo, en el libro de Génesis se nos habla de los sueños de Jacob, José y Faraón.

He usado los materiales de The Bible Project para situarme y me he encontrado con la propuesta de que los sueños de Zacarías en esta porción podrían emparejarse de manera no lineal, atendiendo al tema. Siguiendo esta sugerencia, tenemos por tanto las siguientes parejas de sueños:

- El primer y octavo sueño que nos hablan de que se acaban los 70 años de exilio y nos deja con la pregunta de si es el momento de la llegada del reino del Mesías.  El primero nos muestra jinetes que recorren la tierra anunciando paz (1:8-17) y el octavo jinetes que la vigilan (6:1-8):

"Entonces los otros jinetes le informaron al ángel del Señor, que se encontraba entre los arrayanes: «Hemos estado recorriendo la tierra y el mundo entero está en paz»." (1:11)

"Los poderosos caballos estaban ansiosos por salir a vigilar la tierra. Así que el Señor dijo: «¡Vayan y vigilen la tierra!». Entonces salieron de inmediato a hacer el recorrido." (6:7)

- El segundo y séptimo sueño que nos hacen reflexionar de como el pecado de Israel les llevó al exilio. El segundo sueño nos habla de cuatro cuernos que representan la opresión de Siria y Babilonia y cuatro herreros que representan la victoria de Persia sobre tales opresores (1:18-21) y el séptimo sobre una mujer metida en una canasta que parece representar los años de rebelión de Israel (5:5-11).

"—¿Qué significan estos cuernos? —pregunté al ángel que hablaba conmigo. Él me contestó:—Estos cuernos representan a las naciones que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén. Entonces el Señor me mostró cuatro herreros. —Y estos hombres, ¿qué vienen a hacer? —pregunté. El ángel me contestó:—Estos cuatro cuernos, es decir, estas naciones, dispersaron y humillaron a Judá. Ahora estos herreros han venido para aterrorizar, derribar y destruir a esas naciones." (1:19-21)

"—¿Qué es? —pregunté. —Es una canasta para medir grano —respondió—, y está llena con los pecados de los habitantes de todo el país." (5:6)

- El tercer y sexto sueño que nos recuerdan la promesa de que la nueva Jerusalén será reconstruida. El tercer sueño nos muestra a un hombre midiendo la ciudad y luego esta llena de vida (2:1-13) y el sexto nos habla de como la ciudad será libre de corrupción a través de un rollo que habla de eliminar a los que roban y mienten (5:1-4)

"—¿Adónde vas? —le pregunté. —Voy a medir Jerusalén —me contestó— para ver cuánto mide de ancho y de largo." (2:2)

"Entonces él me dijo: —Este rollo contiene la maldición que cubrirá toda la tierra. Un lado del rollo dice que los que roban serán desterrados; el otro lado dice que los que juran en falso serán desterrados." (5:3)

- El cuarto y quinto sueño que nos hablan de dos líderes importantes: Josué y Zorobabel y de ser fieles. En el cuarto sueño Josué está con ropas andrajosas y se le ofrece nuevas vestiduras, como símbolo de perdón y restauración (3:1-10) y en el quinto se muestran diferentes símbolos y a Zorobabel implicado en la reconstrucción del templo, cosa que no ocurrirá por estrategias humanas sino solo por el Espíritu de Dios (4:1-14)

"La ropa de Jesúa estaba sucia cuando estuvo de pie ante el ángel. Entonces el ángel dijo a los otros que estaban allí: «Quítenle esa ropa sucia». Luego se volvió hacia Jesúa y le dijo: «¿Ya ves? He quitado tus pecados y ahora te voy a dar esta ropa nueva y fina»." (3:3-4)

"Entonces me dijo:—El Señor dice a Zorobabel: “No es por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales." (4:6)

La porción acaba con otro sueño fuera de las parejas que he nombrado, donde aparece Josué, el sumo sacerdote coronado, probablemente como símbolo del futuro Mesías y su reino:

"Entonces coloca la corona en la cabeza de Jesúa, el sumo sacerdote. Dile: “El Señor de los Ejércitos Celestiales declara: ‘Este es el hombre llamado el Retoño. Él echará ramas desde donde está y construirá el templo del Señor’”. Así es, él construirá el templo del Señor. Entonces recibirá el honor real y desde su trono gobernará como rey; también desde su trono servirá como sacerdote y habrá armonía perfecta entre sus dos oficios." (6:11b-13)

Descubro que estas visiones y sueños se aplican perfectamente a nuestra realidad rota. Dios quiere que se acabe la opresión, nos recuerda la manera equivocada en la que hemos vivido, nos trae promesas de restauración y un nuevo futuro y me resalta hoy un punto de acción importante:

"Todo esto sucederá si ustedes se aseguran de obedecer lo que dice el Señor su Dios." (6:15b)

A lo largo del estudio en esta porción bíblica, he recordado que mi tendencia es a tratar de salvarme a mi mismo a través de mis propias estrategias humanas, tan limitadas y a veces erradas. Tiendo a creer que tengo poder para eliminar aquello que me oprime, a mantener el control por mi mismo, pero hoy resalta ante mi:

“No es por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales." (4:6b)

Reconocer la opresión sobre mi, disponerme a no actuar como me dicta la carne sino como me dirige el Espíritu de Dios, es lo que hoy hace que tenga sentido práctico para mi todos estos sueños y visiones. La historia de Israel, vuelve hoy a ser también mi historia.

"Señor, reconozco que tu paz y restauración no vendrán a mi vida si persisto en andar fuera de tu voluntad. Toma las riendas de mi vida una vez más, y si vuelvo a tomar yo mismo el control, dame la gracia que me permita rectificar a tiempo."


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