Me adentro en el libro de Daniel, una obra que nos habla del pueblo de Dios en el exilio. Las historias bíblicas, son un arquetipo de nuestra vida espiritual, por ello las hazañas y visiones de este libro, han servido a lo largo de la historia y también hoy a nosotros, para encontrar maneras de responder a las dificultades en nuestra vida de fe.
El libro de Daniel tiene su contexto tras el ataque de los Babilonios a Jerusalén, el libro 2ª de Reyes nos explica específicamente el hecho en el capítulo 24, dicho ataque provocó que parte del pueblo de Jerusalén fueran llevados cautivos a Babilonia.
"Luego el rey ordenó a Aspenaz, jefe del Estado Mayor, que trajera al palacio a algunos de los jóvenes de la familia real de Judá y de otras familias nobles, que habían sido llevados a Babilonia como cautivos." (1:3)
Entre estos exiliados, se encontraban cuatro jóvenes, Daniel, Ananías, Misael y Azarias. El rey Babilonio, llamado Nabucodonosor, quería que estos jóvenes, entre muchos otros, fueran instruidos para servir en palacio y para ello comienza toda una serie de movimientos que parece buscar la pérdida de identidad original de los mismos:
"El jefe del Estado Mayor les dio nuevos nombres babilónicos: A Daniel lo llamó Beltsasar. A Ananías lo llamó Sadrac. A Misael lo llamó Mesac. A Azarías lo llamó Abed-nego." (1:7)
También les ofrecieron una dieta diferente, que en este caso, violaba las disciplinas alimentarias que los hebreos usaban para recordarse fidelidad al Dios a quien servía.
Llama mi atención, lo bien que esta historia define el espíritu de control de los imperios de este mundo y como operan para imponer sus propias ideas. No obstante, Daniel nos muestra lo que significa operar desde nuestro ADN cuando la influencia de nuestro entorno se vuelve hostil:
"Sin embargo, Daniel estaba decidido a no contaminarse con la comida y el vino dados por el rey. Le pidió permiso al jefe del Estado Mayor para no comer esos alimentos inaceptables." (1:8)
Es muy interesante observar el temor del jefe encargado de alimentar y adoctrinar a estos jóvenes, dice el texto que ante la propuesta de Daniel de tomar solo legumbres, el comentó:
"«Tengo miedo de mi señor el rey quien ordenó que ustedes comieran estos alimentos y bebieran este vino. Si se vuelven pálidos y delgados en comparación con otros jóvenes de su edad, temo que el rey mandará a decapitarme»." (1:10b)
¿Qué tipo de temores nos impiden avanzar en nuevas propuestas en nuestras vidas? ¿Somos conscientes que tratamos de atemorizar a otros para que actúen como nos gustaría? ¿Qué nos dice esto acerca de la Babilonia que tiene que ser desafiada fuera y dentro de nosotros?
Esta primera historia, nos muestra como Daniel y sus amigos desafiaron con templanza, paciencia y fe la propuesta babilónica, y tras el periodo de instrucción, el mismo rey pudo comprobar que estos jóvenes tenían algo especial que no veía en otros:
"Cuando se cumplió el período de instrucción ordenado por el rey, el jefe del Estado Mayor llevó a todos los jóvenes ante el rey Nabucodonosor. El rey habló con ellos y ninguno le causó mejor impresión que Daniel, Ananías, Misael y Azarías. De modo que entraron al servicio real." (1:18-19)
¿Qué invitaciones en nuestro día a día tratan de desviar nuestro caminar con Jesús? ¿Qué elementos sutiles trata de imponernos esta sociedad que en realidad nos alejan de confiar en Dios y de ser fieles a nuestro pacto con él en nuestro entorno laboral, familiar, vecinal...? ¿Cómo podría responder a las presiones sociales no deseadas con una propuesta desde la templanza, sabiduría y confianza en Dios?
El libro de Daniel tiene su contexto tras el ataque de los Babilonios a Jerusalén, el libro 2ª de Reyes nos explica específicamente el hecho en el capítulo 24, dicho ataque provocó que parte del pueblo de Jerusalén fueran llevados cautivos a Babilonia.
"Luego el rey ordenó a Aspenaz, jefe del Estado Mayor, que trajera al palacio a algunos de los jóvenes de la familia real de Judá y de otras familias nobles, que habían sido llevados a Babilonia como cautivos." (1:3)
Entre estos exiliados, se encontraban cuatro jóvenes, Daniel, Ananías, Misael y Azarias. El rey Babilonio, llamado Nabucodonosor, quería que estos jóvenes, entre muchos otros, fueran instruidos para servir en palacio y para ello comienza toda una serie de movimientos que parece buscar la pérdida de identidad original de los mismos:
"El jefe del Estado Mayor les dio nuevos nombres babilónicos: A Daniel lo llamó Beltsasar. A Ananías lo llamó Sadrac. A Misael lo llamó Mesac. A Azarías lo llamó Abed-nego." (1:7)
También les ofrecieron una dieta diferente, que en este caso, violaba las disciplinas alimentarias que los hebreos usaban para recordarse fidelidad al Dios a quien servía.
Llama mi atención, lo bien que esta historia define el espíritu de control de los imperios de este mundo y como operan para imponer sus propias ideas. No obstante, Daniel nos muestra lo que significa operar desde nuestro ADN cuando la influencia de nuestro entorno se vuelve hostil:
"Sin embargo, Daniel estaba decidido a no contaminarse con la comida y el vino dados por el rey. Le pidió permiso al jefe del Estado Mayor para no comer esos alimentos inaceptables." (1:8)
Es muy interesante observar el temor del jefe encargado de alimentar y adoctrinar a estos jóvenes, dice el texto que ante la propuesta de Daniel de tomar solo legumbres, el comentó:
"«Tengo miedo de mi señor el rey quien ordenó que ustedes comieran estos alimentos y bebieran este vino. Si se vuelven pálidos y delgados en comparación con otros jóvenes de su edad, temo que el rey mandará a decapitarme»." (1:10b)
¿Qué tipo de temores nos impiden avanzar en nuevas propuestas en nuestras vidas? ¿Somos conscientes que tratamos de atemorizar a otros para que actúen como nos gustaría? ¿Qué nos dice esto acerca de la Babilonia que tiene que ser desafiada fuera y dentro de nosotros?
Esta primera historia, nos muestra como Daniel y sus amigos desafiaron con templanza, paciencia y fe la propuesta babilónica, y tras el periodo de instrucción, el mismo rey pudo comprobar que estos jóvenes tenían algo especial que no veía en otros:
"Cuando se cumplió el período de instrucción ordenado por el rey, el jefe del Estado Mayor llevó a todos los jóvenes ante el rey Nabucodonosor. El rey habló con ellos y ninguno le causó mejor impresión que Daniel, Ananías, Misael y Azarías. De modo que entraron al servicio real." (1:18-19)
¿Qué invitaciones en nuestro día a día tratan de desviar nuestro caminar con Jesús? ¿Qué elementos sutiles trata de imponernos esta sociedad que en realidad nos alejan de confiar en Dios y de ser fieles a nuestro pacto con él en nuestro entorno laboral, familiar, vecinal...? ¿Cómo podría responder a las presiones sociales no deseadas con una propuesta desde la templanza, sabiduría y confianza en Dios?
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