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RESPUESTA ANTE LA OPRESIÓN (DANIEL 2)

En el capítulo 2 el rey Nabucodonosor tiene un sueño que le perturba y pide a los sabios que adivinen cual es el sueño que ha tenido y se lo interpreten si quieren seguir con vida:

"Pero el rey respondió a los astrólogos: —Les digo esto en serio. Si no me dicen lo que soñé y lo que significa, ¡los haré despedazar y convertiré sus casas en un montón de escombros! Pero si me dicen lo que soñé y lo que significa, les daré muchos honores y regalos maravillosos. ¡Solo díganme lo que soñé y lo que significa!" (2:5-6)

Nadie se ve capaz de dar al rey lo que pide, lo cual da lugar a la orden de que todos los sabios en Babilonia deben morir, y es cuando el encargado de la ejecución busca a Daniel y sus amigos como parte de estos sabios a ejecutar. Sin embargo, cuando Daniel tiene noticia de lo que ocurre, nos encontramos con una manera exquisita y sabia en tratar un asunto tan complejo:

"Daniel manejó la situación con sabiduría y discreción." (2:14:b)

Daniel hizo dos cosas:

1) Pidió al rey más tiempo para responder a su demanda:

"Daniel fue a ver al rey inmediatamente y le pidió más tiempo para comunicarle el significado del sueño." (2:16)

2) Buscó solución al problema a través de la oración comunitaria

"Entonces Daniel regresó a casa y contó a sus amigos Ananías, Misael y Azarías lo que había ocurrido. Les rogó que pidieran al Dios del cielo que tuviera misericordia y les revelara el secreto, para que no fueran ejecutados junto con los demás sabios de Babilonia." (2:17-18)

A través de la mansedumbre y la fe en Dios en la que anduvieron Daniel y sus amigos, en medio de un asunto de vida o muerte, es que se encontraron con la gracia divina que les salvó a ellos y a los demás sabios de Babilonia:

"Esa noche el misterio le fue revelado a Daniel en una visión. Entonces alabó al Dios del cielo" (2:19)

Nuevamente, esta historia nos da pautas acerca de como manejarnos en medio del despotismo que nos acecha en este mundo y en nuestro interior. A menudo, nuestra manera de afrontar el ahogo, es tratar de oprimir al opresor, cosa que no siempre podemos hacer, pero que en todo caso haríamos si pudiéramos. Sospecho que no somos mejores que los políticos o los empresarios que criticamos por ser insolidarios e irrespetuosos con la diversidad. Como ellos, caemos en imponer nuestras ideas sobre otros sin respetar sus puntos de vistas (solo que lo hacemos en el nivel de responsabilidad que tenemos). Oprimimos, cuando nos sentimos oprimidos, pero nos es difícil responsabilizarnos de la realidad de nuestro corazón, por lo que nos es fácil responsabilizar a otros de lo que nos pasa.

Daniel, nos muestra otra manera de manejarnos en medio de la opresión. En esta manera, Dios es tenido en cuenta como ser supremo. Por eso Daniel oró y por ello acabó alabando con las siguientes palabras:

"«Alabado sea el nombre de Dios por siempre y para siempre,
porque a él pertenecen toda la sabiduría y todo el poder.
Él controla el curso de los sucesos del mundo;
él quita reyes y pone otros reyes.
Él da sabiduría a los sabios
y conocimiento a los estudiosos.
Él revela cosas profundas y misteriosas
y conoce lo que se oculta en la oscuridad,
aunque él está rodeado de luz.
Te agradezco y te alabo, Dios de mis antepasados,
porque me has dado sabiduría y fortaleza.
Me revelaste lo que te pedimos
y nos diste a conocer lo que el rey exigía»." (2:20-23)

Cuando sacamos a Dios de nuestra vista, solo nos queda la desolación, y si podemos, actuar como lo hacen los reinos de este mundo, que al fin y al cabo, son guiados por los impulsos de un corazón roto y necesitado de Dios.

La fe de Daniel le permitió una respuesta desde la mansedumbre y confianza, sin que esto supusiera descafeinar el mensaje de Dios para los reinos opresores de este mundo. Daniel fue muy claro a la hora de dar la interpretación a Nabucodonosor, quien soñó con una gran estatua con la cabeza de oro, los brazos y pecho de plata, vientre y muslo de bronce, piernas de hierro y pies de hierro mezclado con barro. Daniel le dijo al rey que esa estatua simbolizaba diferentes reinos de este mundo, siendo la cabeza Babilonia (2:31-33). Sin embargo, una gran piedra vino y destrozó la estatua que quedó convertida en una montaña (2:35). Daniel anunció que estos reinos no iban a prevalecer, y que el reino de Dios acabaría imponiéndose para siempre:

"»Durante los gobiernos de esos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido o conquistado. Aplastará por completo a esos reinos y permanecerá para siempre. Ese es el significado de la roca cortada de la montaña, aunque no por manos humanas, que hizo pedazos la estatua de hierro, bronce, barro, plata y oro. El gran Dios estaba mostrando al rey lo que ocurrirá en el futuro. El sueño es verdadero y el significado, seguro." (2:44-45)

La intervención de Dios fue tan evidente en la revelación del sueño, que Nabucodonosor reconoció que el mensaje era verdadero y que este Dios a quien Daniel adoraba y servía es Dios de dioses y Señor de señores:

"«En verdad tu Dios es el más grande de todos los dioses, es el Señor de los reyes, y es quien revela los misterios, porque tú pudiste revelar este secreto»." (2:47)

El texto de hoy me lleva a pensar en como afronto las situaciones injustas y opresoras de mi entorno. Nabucodonosor ante un sueño que le oprimía, presionó a los sabios y decidió matarlos si no le daban lo que deseaba. Daniel, ante la orden de que sería ejecutado, respondió al rey con mansedumbre y oró en comunidad junto a sus amigos. La manera de actuar de uno y otro, nos dicen mucho acerca de a quien servían estos personajes: Nabucodonosor obedecía al dios de su propio corazón impulsado por emociones no deseadas, Daniel al Dios que nos ama y nos quiere salvar y que controla lo que no controlamos.

¿Sirvo a un reino que no permanecerá o al que permanecerá para siempre? ¿Cómo voy a responder hoy ante la opresión y los impulsos de este mundo y de mi propio corazón perdido? ¿Qué respuesta práctica me va a ayudar a obedecer a Dios?




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