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LA OPRESIÓN NO PERMANECERÁ (NAHUM 1-3)

El libro de Nahum anuncia la caída de los Asirios, uno de los imperios que más cruelmente oprimieron a Israel. Se anuncia la invasión de Nínive, capital de Asiria, lo cual va a implicar la caída de todo el imperio. Los eruditos ven a Nínive en este líbro, como una representación de los imperios soberbios, violentos y opresivos a lo largo de toda la historia de la humanidad. El mensaje central de la obra es que a Dios le importa la muerte de los inocentes y no dejará que los opresores triunfen, de ahí que la imagen apocalíptica de la aparición de Dios en el primer capítulo, haga eco de como Dios se presentó en el libro de Éxodo:

"El Señor es paciente, pero fuerte;
a ningún culpable deja impune." 
(1:3a)

"Entonces pasó el Señor por delante de él y proclamó: “El Señor, el Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y verdad (fidelidad); que guarda misericordia a millares, el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, y que no tendrá por inocente al culpable; que castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generación.”
(Éxodo 34:6-7)

La descripción de la caída de Nínive en el capítulo 2 es dramática y nos recuerda que quienes siembran la violencia y la opresión, recogerán sus propios frutos:

"Destrucción, vacío y devastación,
corazones desfallecidos,
rodillas temblorosas,
entrañas estremecidas,
rostros demudados."
(2:11)

Que los opresores dejen de oprimir, es una buena noticia para quienes sufren violencia, de ahí que el libro acabe con una imagen de celebración por parte de aquellos que ven la destrucción de los crueles:

"No hay alivio para tu desastre,
tu herida es incurable.
Todos los que oyen la noticia,
aplauden tu desgracia,
porque ¿quién no sufrió
una y mil veces tu crueldad?"
(3:19)

Al nombrar este libro a la ciudad de Nínive, viene a mi mente el libro de Jonás, el profeta que fue enviado a predicar a sus propios opresores ninivitas. La predicación de Jonás llevó a Nínive al arrepentimiento y a Jonás al enfado extremo por ver que Dios no la destruyó, sino que se mostró misericordioso ante los inocentes:

"¿No voy yo a compadecerme de Nínive, esa gran ciudad en la que viven más de ciento veinte mil niños y en la que hay mucho ganado?" (Jonás 4:11)

Los libros proféticos son un material excelente para recordarnos que cuando tomamos una posición opresora ante otros, acabaremos en un camino de destrucción. Dicho mensaje es bien aplicable a las superpotencias de nuestros días, y creo que hacemos bien en aplicarla también a nuestros roles familiares, laborales etc. Apoyar las bombas que afectan a los inocentes, contribuir al materialismo que sustenta la esclavitud o mantener actitudes machistas o de cualquier otro tipo de abuso sobre otros, es un camino que acaba en destrucción. Sin embargo, los oprimidos no lo serán siempre, un día verán el final de sus opresores y así mismo, el opresor es llamado al arrepentimiento, pues las buenas noticias son que podemos someternos a Dios, hacer de él nuestro refugio y comprobar que realmente su deseo es mostrarnos su misericordia y bondad:

"El Señor es bondadoso,
refugio en día de angustia;
acoge a quienes en él se refugian." 
(1:7)



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