Ir al contenido principal

SER ANCIANO QUE SE SOMETE AL ANCIANO (1ª PEDRO 5)

Pedro habla en este último capítulo a los más experimentados en medio de la iglesia; aquellos que son ejemplo y lo suficiente maduro como para cuidar a los más jóvenes en la fe.

"Y ahora, una palabra para ustedes los ancianos en las iglesias. También soy un anciano y testigo de los sufrimientos de Cristo. Y yo también voy a participar de su gloria cuando él sea revelado a todo el mundo. Como anciano igual que ustedes, les ruego:" (5:1)

En esta ocasión usa para referirse a ellos el término ancianos. Hoy en día se usa el término anciano o pastor para referirse a un cargo concreto, sin embargo en el Nuevo Testamento su uso alude a una función de cuidado y responsabilidad. De ahí que el apóstol diga "yo también ancianos con ellos". ¿No es Pedro un apóstol?, ¿no es un anciano otra cosa?... parte de nuestro problema es que entendemos términos como apóstol, anciano, presbítero o pastor como títulos profesionales debido a nuestra influencia de un cristianismo institucionalizado. El uso de diferentes términos, a veces para referirse a una misma función o a una misma persona (como este caso), es una muestra de que en el primer siglo tales palabras no aluden a un puesto profesional. Estos términos son principalmente descripciones de funciones en medio de la iglesia. En el Nuevo Testamento el énfasis está en la acción verbal (apóstol=uno que ha sido enviado, pastores=hermanos que cuidan, presbíteros=hermanos que supervisan la comunidad...) mientras que en el cristianismo institucionalizado de la cristiandad el énfasis está en el sustantivo que alude a un cargo profesional.

Por supuesto, un cargo puede ser un medio útil para cumplir una función, pero el modelo empresarial no es imprescindible y descubrimos que en el Nuevo Testamento brilla por su ausencia si nos atrevemos a realizar un estudio más profundo de ciertos textos y sus contextos.

Pedro nos muestra que el modelo de liderazgo Nuevo Testamentario está basado en la voluntariedad y no en una carga, se ejerce con una actitud sana que implica no buscar privilegios posicionales y materiales, y se influencia desde el ejemplo y no bajo posiciones de autoridad posicional:

"cuiden del rebaño que Dios les ha encomendado. Háganlo con gusto, no de mala gana ni por el beneficio personal que puedan obtener de ello, sino porque están deseosos de servir a Dios. No abusen de la autoridad que tienen sobre los que están a su cargo, sino guíenlos con su buen ejemplo." (5:2-3)

Es muy interesante que las cartas apostólicas van dirigidas a toda la comunidad y eran leídas de manera pública. Es decir, los apóstoles no escribían a unos dirigentes para decirles que hacer y como debían resolver los asuntos de los "laicos" (la separación clero-laicado es un invento posterior). Escribían a toda la comunidad y todos oían como debían actuar, los más maduros y responsables (v. 1-4) y los más jóvenes:

"Del mismo modo, ustedes los más jóvenes tienen que aceptar la autoridad de los ancianos; y todos vístanse con humildad en su trato los unos con los otros, porque «Dios se opone a los orgullosos pero da gracia a los humildes»" (5:5)

 Los apóstoles esperaban que todos en la comunidad asumieran su parte, porque entendían que todos asumen responsabilidad y acción. Hoy sin embargo, acudimos a una concentración de responsabilidad y privilegios en unos pocos, lo cual contradice la supuesta visión que los apóstoles del Nuevo Testamento tenían de la iglesia. Aun las cartas que hemos llamado pastorales, en realidad son cartas a miembros de un equipo apostólico, no dirigidas a un pastor (como hoy se entiende en ciertos contextos más convencionales) sino a un hermano que realiza ministerio itinerante en medio de las comunidades (como el caso de Timoteo).

Lo que no deja lugar a dudas, es que Pedro pide que los más maduros en la fe cuiden al resto desde el ejemplo y no desde el ejercicio de una autoridad posicional sino más bien desde una autoridad moral.

"No abusen de la autoridad que tienen sobre los que están a su cargo, sino guíenlos con su buen ejemplo." (5:3)

Y a los más jóvenes pide que se sometan a los más responsables, aun cuando todos tenemos que estar sumisos unos a otros.

"Del mismo modo, ustedes los más jóvenes tienen que aceptar la autoridad de los ancianos; y todos vístanse con humildad en su trato los unos con los otros..." (5:5a)

Esto me lleva a preguntarme: ¿Para quien soy una referencia espiritual? ¿Como ejerzo el cuidado de los más jóvenes en la fe? y por otro lado ¿Quién es para mi una referencia espiritual? ¿Cómo trato su ejemplo, sus consejos y su madurez?

Desde este punto de vista, todos tenemos una responsabilidad de cuidar a otros con menos tiempo en la fe que nosotros y de someternos a otros que por su ejemplo y madurez son modelos para nosotros. Las cartas apostólicas tienen tarea para todos sus lectores, aun cuando la eclesiología moderna tienda a dar responsabilidad y privilegios a un 5 % y dejar sentados y pasivos al 95% restante.

Planteo que podemos hacer funciones de ancianos y someternos a la vez a ancianos ¿o acaso los que se sentían aludidos como anciano al leer esta carta, no respondían en sometimiento a quien la escribía, que no es otro que Pedro el que dice "yo también anciano"?

¿Para quien eres un responsable en medio de la comunidad cristiana? ¿Qué implica las palabras de Pedro para los ancianos en tu responsabilidad de amor hacía ellos?

¿Quién o quienes son para ti un referente en tu caminar cristiano? ¿Qué implica someterte a ellos?




Comentarios