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EL PROCESO DE MADUREZ (1ª REYES 21-22)

He llegado al final de mi experiencia en 1ª de Reyes leyendo los dos últimos capítulos, aunque 2ª Reyes es el mismo libro, tan solo que nosotros lo hemos dividido en nuestra edición. 

En el caítulo 21 Acab se muestra triste y caprichoso porque Nabot no le cambió la viña que deseaba.

"Y Nabot respondió a Acab: Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres. Y vino Acab a su casa triste y enojado, por la palabra que Nabot de Jezreel le había respondido, diciendo: No te daré la heredad de mis padres. Y se acostó en su cama, y volvió su rostro, y no comió." (21:3-4)

Jezabel, la mujer de Acab, muestra su lado más malvado usando la mentira para que Nabot fuera ejecutado y el rey tuviera la viña. 

"y poned a dos hombres perversos delante de él, que atestigüen contra él y digan: Tú has blasfemado a Dios y al rey. Y entonces sacadlo, y apedreadlo para que muera." (21:10)

Por semejante maldad Elías anuncia a Acab su muerte.

"Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? Y volverás a hablarle, diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre." (21:19)

En el capítulo 22 vemos a Acab y Josafat aliados con la intención de conquistar Ramot de Galaad.

"Y dijo a Josafat: ¿Quieres venir conmigo a pelear contra Ramot de Galaad? Y Josafat respondió al rey de Israel: Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como tus caballos." (22:4)

Ambos consultaron antes a los profetas que servían a la corte, los cuales les animaban a entrar en batalla anunciando que obtendrían victoria. 

"Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, como cuatrocientos hombres, a los cuales dijo: ¿Iré a la guerra contra Ramot de Galaad, o la dejaré? Y ellos dijeron: Sube, porque Jehová la entregará en mano del rey." (22:6)

Sin embargo Micaías, fue también consultado y les anunció lo que no querían oír, es decir, que serían derrotado:

"Entonces él dijo: Yo vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor; y Jehová dijo: Estos no tienen señor; vuélvase cada uno a su casa en paz." (22:17)

Las palabras de Micaías fueron rechazadas, el profeta fue encarcelado y el final es que Acab murió en la batalla.

Llama mi atención el reflejo de un corazón egoísta, caprichoso, obstinado, sin duda Acab es el reflejo de una persona emocionalmente inmadura, incapaz de empatizar con el prójimo hasta el punto de no importarle su muerte si con ello se beneficia.  Sin embargo, debo ser sincero conmigo mismo, y ver que no soy libre de esa inmadurez emocional. Hay una tendencia en mí a pensar en mí mismo, a olvidar al prójimo cerrando así mis oídos a la vida en armonía con Dios.

Ha llamado mi atención los versos 27 al 29 del capítulo 21 porque en ellos vemos a Acab ayunando y humillándose ante el Señor, lo cual hace que sea escuchado por Dios y evite la pronta destrucción hasta la que se dirigía.

"Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos y puso cilicio sobre su carne, ayunó, y durmió en cilicio, y anduvo humillado." (21:27)

Si bien un acto concreto no cambia todo el proceso de madurez que Acab necesitaba, es una pequeña luz en su camino que anunciaba que tipo de actitud debe ser frecuente en un camino de transformación.

Dicen los expertos que nuestro camino de madurez posee tres etapas: la primera es la etapa de independencia, donde somos incapaces de sobrevivir o llegar a algo de valor por nosotros mismos. La segunda, es la etapa de independencia, donde somos capaces de cortar nuestro "cordón umbilical" de dependencia para responsabilizarnos de nuestras propias acciones y descubrir nuestro propósito único y singular. La tercera etapa es la de la interdependencia, en esta etapa somos capaces de ver que somos parte de algo mucho más grande y aprendemos a encontrar sinergía en nuestras relaciones con los demás y el entorno, y eso asumiendo nuestra propia responsabilidad. No es posible llegar a esta tercera etapa sin pasar por la segunda y lo triste es que es posible que nuestro cuerpo madure y sigamos estancados entre la primera y segunda etapa.* 

Reconocer que me equivoco, que mi percepción de la realidad es limitada, que Dios no me ha creado para ser "el llanero solitario", que voy a ser más feliz si soy empático no solo conmigo mismo sino también con los demás, que soy un ser social, parte de la humanidad y de un mundo orgánico interdependiente... me va a facilitar salir de mi Rubén caprichoso y rígido, para adentrarme en la apasionante aventura de la vida armoniosa con Dios, conmigo mismo, con el prójimo y con el resto de la creación. 

El libro de Reyes está lleno de ejemplos de personas influyentes que no han avanzado en su proceso de madurez y aun en nuestros días podemos encontrar ejemplos similares en algunos gobiernos de este mundo. Sin embargo, lo que cambia entre ellos y el resto de ciudadanos es el nivel público de influencia. A veces estos gobiernos inmaduros nos representan muy bien.

La vida espiritual no avanza en nosotros si el problema está ahí fuera, en el otro y no soy capaz de detectarlo en mi propio corazón. 

Es natural que las personas pasemos por la etapa de dependencia e independencia, son procesos naturales de crecimiento, el problema es cuando nuestro proceso de madurez no avanza mientras nuestro cuerpo sigue envejeciendo. 

Mostrar humildad ante Dios no debe ser un acto puntual como en el caso de Acab, debería ser una tendencia constante en mi, sin embargo, esto no se producirá si no soy consciente de mi inmadurez emocional, del egoísmo que aun alberga mi corazón y de la necesidad que tengo de ser transformado a la imagen de Cristo, que representa al ser humano completo.

1ª de Reyes es la historia del corazón humano, y por tanto la historia de mi corazón, pero en medio de tanta maldad y caos, puedo percibir la esperanza que hay en reconocer que mi proceso de madurez aun no ha acabado, que hay camino por delante, y un trabajo interno que implica la práctica de la humildad para alinearme cada día más con mi propósito en este mundo. 

¿En qué etapa del proceso de madurez me reconozco más: independencia, dependencia o interdependencia? ¿Cómo podemos en la comunidad cristiana crear una cultura de vulnerabilidad y continuo reconocimiento de nuestra realidad para fomentar el crecimiento espiritual desde la interdependencia? ¿La práctica de humillarse ante Dios con ayuno, puede ser relevante para mi? 


* para más información ver "Los 7 Hábitos de las Personas Altamente Efectiva" por Steve Covey

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