"Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo." (6:17)
Me pregunto, ¿qué veríamos a nuestro alrededor si Dios abriera nuestros ojos? ¿Vería las circunstancias que me rodean de manera diferente? Me propongo orar para que en medio de la dificultad, Dios me permita ve mas allá de las circunstancias y más allá de mi mismo.
Llama mi atención que Eliseo ora para que el ejercito Sirio quede ciego, lo cual le permite llevar a estos soldados hasta Samaria (v. 19-20), allí volvió a orar para que sus ojos se abrieran y estos se encontraron ante el rey de Israel. Sin embargo, a pesar de que era una oportunidad para matarlos (v. 21), Eliseo propone algo increíble: una gran comida para ellos y cuando comieron les dejaron irse , dice el texto que después de esto cesaron de venir bandas armadas a Israel:
"Él le respondió: No los mates. ¿Matarías tú a los que tomaste cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua, para que coman y beban, y vuelvan a sus señores. Entonces se les preparó una gran comida; y cuando habían comido y bebido, los envió, y ellos se volvieron a su señor. Y nunca más vinieron bandas armadas de Siria a la tierra de Israel." (6:22-23)
Este banquete nos da una imagen llena de gracia, aquellos que esperaban la muerte, son recibidos con una comida que cambia su perspectiva sobre la guerra y sobre quienes son sus enemigos. Es una imagen de un mundo transformado por Dios y un adelanto del momento en el que nos reunimos para comer del pan y del vino, la comida que anuncia que no recibimos lo que merecemos, sino que somos perdonados e invitados a ser saciados.
Estos Sirios, en un sentido, me representan. Al igual que yo, se han encontrado con la misericordia y la gracia, y no hay arma mas poderosa que esta para combatir la guerra.
Viene a mi mente las palabras de Jesús: "de gracia recibisteis, dad de gracia" y me pregunto ¿Cómo debo tratar a los que me menosprecian, teniendo en cuenta como Dios me ha tratado a mí? Esto abre ante mí todo un mundo de posibilidades prácticas donde ofrecer a los que me rodean regalos que manifiesten la gracia que no se puede contener en mi.
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