En el capítulo 18 destaca cómo el rey de Asiria trata de someter a Judá con promesas falsas y temor.
"Pero no hagan caso a Ezequías, pues los engaña diciendo que el Señor los librará." (18:32b)
Habla como si fuera el único camino para el pueblo, el único lugar de confianza. Lo cual me recuerda las muchas voces que se levantan en nuestros días prometiendo seguridad, felicidad y vida en un camino que no siempre tiene en cuenta los planes de Dios.
Sin embargo, el rey Ezequias, el cual es descrito como un gobernante que hizo lo recto ante Dios, quitando todo lo que llevaba al pueblo a un camino de destrucción, no se dejó engañar, sino que acudió a la oración vulnerable, donde no ocultó las amenazas que enfrentaban y a la vez demostró su confianza en el único Dios.
"Es cierto, Señor, que los reyes asirios han asolado a las naciones y sus territorios, arrojando sus dioses a las llamas y destruyéndolos; claro que no eran dioses, sino obra de manos humanas fabricados con madera y piedra. Pero ahora, Señor, Dios nuestro, sálvanos de su poder, para que todos los reinos del mundo reconozcan que únicamente tú eres, Dios, el Señor." (19:17-19)
La vida cristiana no está exenta de luchas. Una de las luchas principales al seguir a Jesús tiene que ver con mantener firme la mirada en el Maestro como guía y fuente de vida. No obstante, los medios de comunicación, las personas que nos rodean y también nuestra vieja naturaleza no deja de alzar la voz prometiendo una manera de vivir que a menudo olvida el consejo de Dios. Es una invitación a poner solo nuestra mirada en nuestras propias capacidades, en lo material, en las circunstancias que nos rodean, y no es que estas cosas no deban tener nuestra atención, sino que las tales no deben ser percibidas sin tener en cuenta la perspectiva y guía de Dios y ni mucho menos su percepción debe confundirse con la voz del Amor.
¿Trato de determinar mi futuro solo en base a las circunstancias que me rodean, sean estas positivas o negativas? ¿Trato de buscar la felicidad mediante un estilo de vida materialista? ¿Qué significa que toda mi confianza esté solamente en Dios?
Ezequias recibió la presión de poner su confianza en el rey de Asiria y fue amenazado en caso de que no lo hiciera. Ezequias respondió en oración y cion deseo claro de escuchar la voz de Dios.
Esta historia me recuerda que la oración es la disciplina a través de la cual puedo expresar aquello que me preocupa y angustia. Si bien, a veces la causa de tales angustias vienen estimuladas por elementos externos, es en realidad mis pensamientos y emociones no deseadas lo que no debo negar o reprimir, sino aprender a expresar abiertamente a Dios como un acto de rendición y confianza profunda en él. La confianza en Dios implica reconocer que Él no se asusta por mis dudas, temores y preocupaciones y que sabe ayudarme a gestionarlos de manera adecuada.
¿Qué me preocupa frecuentemente o en estos días? ¿Qué prácticas pueden llevarme a mostrar confianza en el Señor en medio de aquello que me amenaza?
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