Israel pide ayuda a Asiria, y más adelante a Egipto. Esto nos recuerda cuándo el pueblo clamó a Dios en medio de su opresión, sin embargo, ahora claman a otros reyes. El clamar a Dios los libertó de Egipto, pero el clamor a los reyes de la Tierra los llevó a ser oprimidos por ellos. Todo ello me habla de que hay una manera errada de tratar de responder a las necesidades como motor de vida.
El no buscar la satisfacción de sus necesidades profundas en aquel que es el Amor Eterno y la Vida les llevó a ser deportados y otros poblaron el territorio de Samaria.
Llama mi atención que quienes repoblaron el territorio se enfrentan a leones, lo cual interpretan como que no están adorando al dios de esa tierra. Entonces mandaron sacerdotes que les enseñaron el culto a Jehová, pero el resultado fue el siguiente:
"Así que, por un lado, veneraban al Señor y, por otro, daban culto a otros dioses, según la religión de la nación de donde habían sido deportados." (v. 17:23)
Aquellas personas trataron de adorar a Dios por miedo a los leones, sin embargo, no se entregaron a él, tan solo buscaron incluir algunas prácticas religiosas a sus vidas sin un cambio profundo en su manera de ver el mundo.
¿Cuáles son mis motivaciones para agradar a Dios? Es posible que el miedo a que me vaya mal, o al castigo eterno, o simplemente la inercia de la tradición me lleve a orar, leer la Biblia... ¿Pero manifiestan mis acciones que realmente mi vida está rendida a Dios?
En "Cartas Del Diablo a Su Sobrino" C.S. Lewis nos cuenta cómo el diablo Escrutopo dice lo siguiente: "Cientos de estos convertidos adultos han sido recuperados después de un breve período en el campamento enemigo y están ahora con nosotros. Todos los hábitos del paciente, tanto mentales como corporales, aún están a nuestro favor"
Reconozco que aun hay hábitos en mí que manifiestan que a veces busco seguridad fuera de Dios. Aun ciertos hábitos religiosos, en vez de ser una respuesta práctica de una fe viva, pueden ser tan solo una conducta aprendida o aun acciones con motivaciones erradas. Ello me hace pensar en que necesito profundizar en la rendición radical; como una actitud de cada día y no solo como un evento del pasado.
Es por eso que las historias de estos reyes que hacen lo malo, tiene mucha similitud con mi propia historia. Dios quiere que lo conozca profundamente, quiere que experimente el amor y la seguridad que solo él puede darme y yo a veces, como el pueblo de Israel, trato de satisfacer mis necesidades más profundas de maneras erradas. Al no pararme a escuchar la voz interior del Espíritu que me muestra como estoy viviendo y que necesito realmente, acabo siendo desafortunado a la hora de satisfacer las necesidades más profundas que Dios ha puesto en mí.
Creo que Dios tiene un claro propósito conmigo a la hora de permitirme acercarme a estas historias: la de revelar la naturaleza de mi corazón roto, la de advertirme de mi necesidad de ser restaurado a través de una rendición por mi parte y la de llevarme al único camino donde puedo encontrar plenitud y salvación.
La historia es una herramienta que nos ayuda a no repetir ciertos errores, y hay una buena lección hoy para mí: he de evaluar cómo va mi actitud de rendición ante Dios de todos aquellos aspectos de mi vida (los de siempre y los nuevos roles o realidades a enfrentar hoy)
Rendirme a Dios implica al menos dos cosas:
- Reconocer mi condición rota y que estoy perdido sin su Amor eterno y transformador
- Disponerme a obedecerle, es decir, a hacer aquello que contribuye a restaurar mi relación con Dios, conmigo mismo, con mi prójimo y con la naturaleza.
¿Qué hábitos en mi vida manifiestan mi necesidad de rendición? ¿Cuál es el paso al que me está dirigiendo hoy el Espíritu Santo? ¿Qué significa la rendición como una actitud constante?
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