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LIBERACIÓN DESDE LA GRACIA (ISAÍAS 41-48)


En la porción que me adentro hoy, el mensaje de esperanza sigue muy vivo para quienes se encuentran en opresión en el exilio. El llamado sigue siendo a confiar en el único que es digno de confianza. Este confiar es una invitación a incluir en la perspectiva humana que se caracteriza por el temor, la imaginación de lo bueno que está por suceder, es decir, en vez de temer, empezar a pensar en quien es Dios, tomar consciencia de su presencia en el ahora y lo que se ha propuesto hacer desde su amor:

"No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa." (41:10)

"»Cuando los pobres y los necesitados busquen agua y no la encuentren, y tengan la lengua reseca por la sed, entonces yo, el Señor, les responderé; yo, el Dios de Israel, nunca los abandonaré. Abriré ríos para ellos en los altiplanos. Les daré fuentes de agua en los valles y llenaré el desierto con lagunas de agua; por la tierra reseca correrán ríos alimentados por manantiales. Plantaré árboles en el desierto árido: cedros, acacias, mirtos, olivos, cipreses, abetos y pinos." (41:17-19)

La visión de personas explotadas y oprimidas en las naciones, es decir, en cualquier parte del mundo, va a ser eliminada, no prevalecerá. Dios se ha propuesto enviar a su siervo y transformar esa realidad injusta.

"»Miren a mi siervo, al que yo fortalezco; él es mi elegido, quien me complace. He puesto mi Espíritu sobre él; él hará justicia a las naciones. No gritará, ni levantará su voz en público. No aplastará a la caña más débil, ni apagará una vela que titila. Les hará justicia a todos los agraviados. No vacilará ni se desalentará hasta que prevalezca la justicia en toda la tierra." (42:1-4)

"Abrirás los ojos de los ciegos; pondrás a los cautivos en libertad, soltando a los que están en calabozos oscuros." (42:7)

Pero todo esta esperanza contrasta con un pueblo que aun percibe su sufrimiento con el abandono de Dios y que parece persistir en buscar ayuda en lugares donde no será escuchado.

"Oh Jacob, ¿cómo puedes decir que el Señor no ve tus dificultades? Oh Israel, ¿cómo puedes decir que Dios no toma en cuenta tus derechos?" (40:27)

"»Sin embargo, querida familia de Jacob, tú te niegas a pedirme ayuda. ¡Oh Israel, te has cansado de mí!" (43:22)

Es por ello que en esta porción encontramos la imagen de un juicio, donde quienes ponen en duda el poder de Dios y aun titubean sobre confiar en otros dioses de madera, son desafiados.

"¡Reúnan a las naciones! ¡Convoquen a los pueblos del mundo! ¿Cuál de sus ídolos acaso predijo cosas semejantes? ¿Cuál de ellos puede predecir lo que sucederá mañana? ¿Dónde están los testigos de tales predicciones? ¿Quién puede comprobar que han dicho la verdad?" (43:9)

"¡Qué necios son los que fabrican ídolos! Esos objetos tan apreciados, en realidad no valen nada. Los que adoran ídolos no saben esto, así que todos terminan avergonzados." (44:9)

A diferencia de los dioses de madera y a pesar de la falta de confianza por parte de Israel, el Creador llevará a cabo su plan, y lo llevará a cabo aun con quienes no le reconocen. En este caso, Ciro, un gobernador que tenía sus propios dioses, es llamado "mi ungido", es decir, va a ser "el mesías" a través del cual Israel va a ser liberada de la tiranía babilónica. Esto nos lleva a pensar en que quienes no confiesan abiertamente a Dios, no por ello dejan de ser un canal a través del cual la voluntad de Dios se lleve a cabo en nuestras vidas y en el mundo:

"Esto le dice el Señor a Ciro, su ungido, cuya mano derecha llenará de poder. Ante él, los reyes poderosos quedarán paralizados de miedo; se abrirán las puertas de sus fortalezas y nunca volverán a cerrarse." (45:1)

"Yo soy el Señor; no hay otro Dios. Te he preparado para la batalla, aunque tú ni siquiera me conoces," (45:5)

Es decir, el juicio a Babilonía se llevará a cabo, su sistema religioso fundamentado en ídolos creados por el ser humano es denunciado (46:1-13) y también la tiranía de sus políticos (47:1-15), por todo ello, no hay nadie comparable al Dios que ve la aflicción de los oprimidos y por ello la infidelidad de Israel es reprendida:

"Pues yo sé lo terca y obstinada que eres; tu cuello es tan inflexible como el hierro y tu cabeza es tan dura como el bronce. Por eso te dije lo que iba a suceder; te anuncié de antemano lo que iba a hacer. Así nunca podrías decir: “Mis ídolos lo hicieron; mi imagen de madera y mi dios de metal ordenaron que sucediera”. Oíste mis predicciones y las viste cumplidas, pero te niegas a admitirlo. Ahora te diré cosas nuevas, cosas secretas que aún no has oído." (48:4-6)

A pesar de la infidelidad del pueblo, la fidelidad de Dios permanecerá y es aquí donde en la historía de Israel vemos revelación sobre el carácter del Dios que es misericordioso y compasivo. Sobre estas realidades se va a ir construyendo a lo largo de la narrativa bíblica el revolucionario concepto de la gracia, con el cual expresamos que Dios no nos da lo que merecemos sino lo que necesitamos. Jesús va a encarnar esta realidad mucho mejor que Ciro, pues su liberación partirá desde el amor a quienes somos los opresores, dando su vida por nosotros e invitándonos a un estilo radical que implica amar a nuestros enemigos. Juan, en su primera carta expresa que Dios es amor y esto tiene unas implicaciones muy prácticas en nuestra relación con el prójimo y en una verdadera expresión de la fe:

"Queridos amigos, sigamos amándonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es un hijo de Dios y conoce a Dios; pero el que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Dios mostró cuánto nos ama al enviar a su único Hijo al mundo, para que tengamos vida eterna por medio de él. En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados." (1ª Juan 4:7-9)

¿Qué viene a tu mente cuando piensas en la manera en la que Dios nos trata a pesar de nuestras infidelidades? ¿Cómo te sientes al pensar en la fidelidad del Señor y en su deseo de liberar de toda opresión interna y externa? ¿Qué implicaciones tiene involucrarnos en la misión del Dios que desea liberar a los oprimidos? ¿Qué implicaciones prácticas tiene amar a Dios como él nos ama? 


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