Si bien el Salmo 1 nos ha traido la imagen de un árbol, lo cual nos conecta con la historía de Adán y Eva en el Edén, el Salmo 2 nos conecta con la de un ser humano que acabará con la injusticia.
Si estás familiarizado con la cosmogonía bíblica, recordarás que una serpiente engañó al ser humano para que comiera del fruto prohibido (una excelente metáfora de la época que nos habla de desalinearnos de como funciona la vida). La desobediencia de Adán y Eva tuvo la consecuencia de ser excluidos del árbol de la Vida (otra excelente metáfora para explicarnos el infierno de desconectarnos con la Divinidad, con nuestro interior, con el prójimo y con la naturaleza). En este contexto, Génesis 3:15 dice así a la serpiente que engañó:
"Pondré enemistad entre tú y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Su descendencia te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón." (Génesis 3:15)
Pero ¿Que tiene que ver esto con el Salmo 2? ¿No es el Salmo 2 un poema para la coronación de los reyes de la época? Si, también.
En un mundo lleno de injusticias y violencia, no va a faltar personas que clamen por el establecimiento de la justicia y el final de los opresores. Sin duda, eso es lo que esperaban que hicieran los reyes del momento. Sin embargo, en el Salmo 2 se habla de un rey que dice de si mismo:
"Voy a proclamar el mandato del Señor. Él me ha dicho: Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy." (2:7)
Este Salmo, ha sido identificado como un "Salmo Mesiánico" ("Mashíaj" en hebreo significa "ungido"):
“He ungido a mi rey en Sión, mi monte santo”. (2:6)
La identificación de este salmo como mesiánico nos invita a una lectura totalmente diferente a la que se vislumbra con una lectura superficial.
Si leemos el Salmo pensando en los gobiernos a los que estamos acostumbrados en el mundo antiguo y aun actual, muy probablemente encontraremos más de lo mismo: imperialismo, imposición y solución violenta al estilo ser humano (y si me permites con muchos tintes de tetosterona). Prueba leer los versos 8-9 desde esta visión:
"Pídemelo y te daré las naciones en herencia, los confines de la tierra en heredad. Los aplastarás con cetro de hierro, los destrozarás cual vasija de alfarero" (2:8-9)
Sin embargo la lectura desde el punto de vista mesiánico nos invita a buscar y desear el gobierno de la Divinidad que es Amor en acción (aunque se exprese con el lenguaje patriarcal de la época).
Desde el punto de vista cristiano, aun la invitación es más específica: ver como rey al Mesías; Jesús el Cristo, el hijo de Dios (ver verso 7), quien aplastó la cabeza de la serpiente, y no lo hizo precisamente con espadas, sino con un sacrificio en la cruz que acabó en resurrección y glorificación.
Si la encarnación de la Divinidad glorificada (Jesús, el Cristo), es quien va a gobernar las naciones y acabar con la injusticia y la opresión. Entonces su "duro gobierno" sobre las naciones tiene todo que ver con el tipo de gobierno que Jesús ya nos manifestó en este mundo... y sin duda, será tremendamente duro para quienes disfrutan de la injusticia, pues se trata de enfermos sanados, excluidos incluidos, atormentados por demonios liberados, el maestro lavando pies sucios, un camino de gracia... es decir, la cabeza de la serpiente pisoteada (por usar el lenguaje del Génesis).
Ante este gobierno que como muchos teológos dicen; ya está aquí, pero aun no está establecido plenamente (el "ya pero todavía no), a mi no me cabe duda que lo mejor que podemos hacer hoy para evitar las consecuencias de vivir desalineados de la Vida es:
...ser prudentes, admitir su amonestación y alinearme con la Vida sometiéndome al Creador... ,estoy parafraseando los tres últimos versos del Salmo, que acaba con la excelente frase "Felices los que en él confian" (2:12b)
Otra versión dice:
"¡Felices los que buscan protección en él!"
¿En quién o que estoy tratando de refugiarme en medio de un mundo injusto y violento? ¿Quién o que me ayuda a conquistar y ver el final del ego inflado que llevo dentro?
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