Este es un Salmo donde el arrepentimiento y la lamentación se superponen. El autor pide ayuda confiando que la misericordia de Dios se prolonga más allá de su ira.
"Señor, no me reprendas airado,
no me castigues con furia.
Señor, apiádate de mí que estoy débil;
fortaléceme, pues me siento sin fuerzas
y estoy profundamente abatido.
Señor, ¿hasta cuándo?" (1-3)
¿Conoces el pozo profundo de desesperación? ¿Sabes de ese cansancio que nos lleva a gritar "¡No puedo más!"?
"Estoy cansado de llorar,
cada noche baño en lágrimas mi cama,
con mi llanto inundo mi lecho.
Mis ojos se consumen de dolor,
envejecen de tanta tristeza." (6-7)
En esos lugares sombrios, es donde el Salmista, sin ignorar lo que está pasando ni reprimirlo, decide no solo expresarlo sino alzar la mirada y al hacerlo empieza a caminar en la esperanza
"¡Alejaos de mí, malvados,
porque el Señor ha escuchado mi llanto!
El Señor ha escuchado mi ruego,
el Señor ha acogido mi súplica." (8-9)
¿Estás en un lugar donde necesitas alzar tu mirada? ¿Quieres orar por alguien que necesita alzar su mirada?
Comentarios
Publicar un comentario