En el año 2019 mi pequeña Lana enfrento una operación de apendicitis, cuando llegaba la hora de dormir, nuestra oracion de la noche no faltaba:
"En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque sólo tú, Señor, me haces vivir confiada" (Salmo 4:8)
Junto a su hermana Keyla y junto a su madre y su padre, esta oracion resuena prácticamente cada noche independientemente de las adversidades actuales.
En el Salmo cuatro David clama por ayuda solicitando justicia:
"Respondeme cuando clamo, Oh Dios de mi justicia" (4:1)
Sin embargo hay dos aspectos que llaman mi atención a la hora de empezar su clamor:
1) Su petición la hace desde una confianza basada en la experiencia pasada. Seguramente no fue operado de apendicitis como Lana, pero si había comprobado como ella, la fidelidad del Señor cuando clamamos a él:
"Cuando estaba en angustia tu me hiciste ensanchar" (Salmo 4:1b)
2) No solo pide justicia, tambien solicita misericordia. Buscar justicia olvidándonos de nuestra necesidad de misericordia nos suele poner en el camino de la soberbia:
"Ten misericordia de mi, y oye mi oracion" (Salmo 1:4c)
En esta poesía, David nos invita a dejar actitudes vanas y necias para poner nuestra confianza en la Deidad y nos recuerda algunas practicas espirituales (la meditación, el silencio y el sacrificio) para colocarnos en el lugar donde la gracia divina desea inundarnos de su paz:
"Temblad, y no pequeis; Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. Ofreced sacrificios de justicia, Y confiad en el Señor." (Salmo 4:4)
¿Te gustaría unirte a Keyla y Lana en su oracion nocturna? Esta noche puedes unirte a nosotras, tan solo colócate ante la Divinidad y dile:
"En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque sólo tú, Señor, me haces vivir confiada"
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