David en el Salmo 19 habla de diferentes maneras a través de las cuáles la Divinidad se revela. A partir del verso 7 habla de que la Ley del Señor que es perfecta. Sin embargo, el Salmo habla de una revelación sin palabras que recoore toda la tierra:
"Los cielos proclaman la grandeza del Señor, el firmamento pregona la obra de sus manos." (V. 1)
Sobre esta proclamación dice el salmista:
"Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría" (V. 2)
Me he criado en un entorno donde el estudio de la Biblia ha tomado un lugar central, cosa que agradezco mucho desde mi vida espiritual. Sin embargo, en este entorno dominado por los efectos de la escolarización occidental, he perdido mucha capacidad para escuchar el mensaje de la Divinidad a través de la Naturaleza.
Es posible tener llena la cabeza de teología y conceptos, y sin embargo, tener una gran incapacidad para alinearme con la Vida tal y como Dios la ha diseñado.
En un entorno donde ignoramos los ritmos a los que nos invita la luz y la oscuridad, o los periodos estacionales que nos invitan a soltar y descansar o a nacer y florecer... sospecho que la sabiduría que constantemente se está declarando (V. 2) me llama a una meditación transformacional urgente.
Pienso en como la explotación y contaminación del planeta, tiene mucha relación con esta falta de escuchar la sabiduría de Dios a través de su creación. Lo que a su vez, no es otra cosa que una extensión de la explotación que ejerzo sobre mi cuerpo y el de otras personas con las que me relaciono. Pues conocimiento intelectual, por mucho que se tenga, no siempre es igual a sabiduría de vida. Con razón David se pregunta:
"¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos" (V. 12)
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