En el Salmo 22 David expresa la sensación del abandono Divino: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor? Dios mío, clamo de día y no respondes; y de noche no hay para mí descanso.” (V. 1-2) Digo sensación, porque una cosa es nuestra percepción y otra es la realidad. La “Noche oscura del alma” nunca significa abandono por parte de la Divinidad, sin embargo, la espiritualidad profunda no ignora ni reprime nuestras percepciones y emociones mas profundas. Aunque la teología nos recuerda que Dios nunca nos dejará, mi experiencia me hace sentir en etapas de mi vida su abandono, y en esas circunstancias lo mas saludable es admitirlo y expresarlo abiertamente ante Él. Además, mi Maestro, al que sigo y de quien aprendo, usó estas mismas palabras del Salmo 22 en la Cruz, cuando entregó Su vida para salvarnos. Tenemos ejemplo e invitación en los Salmos para no repri...
El Salmo 21 me ha llevado a reflexionar en dos aspectos de la vida, el primero me ha sido fácil abordarlo y el segundo me ha costado más. Con respecto al primer aspecto, el poema empieza reconociendo las bendiciones de la Deidad sobre la vida de alguien y esto me ha llevado a pensar en cuánta consciencia tengo y/o traigo a mi presente, acerca de todo lo que Dios ha hecho a mi favor; todo con lo que me ha bendecido hasta aquí. Llama mi atención que David dice: "Le has concedido el deseo de su corazón y no le has negado la petición de sus labios." (V. 2) Y ante ello, me pregunto: ¿Cuál es el deseo que aun aguardo en mi corazón? ¿Qué es lo que me gustaría que la Divinidad hiciera que aun no ha hecho y que me toca esperar con confianza y sin ansiedad? A partir del verso 8 el Salmo habla de los enemigos y del deseo de que la Divinidad los elimine. Es este segundo aspecto el que más me ha incomodado y el que más me ha costado aplicar a mi realidad presente. "Tu manos golpeará...