He de reconocer que me entristezco cuando veo a cristianos que entienden el avivamiento de la iglesia en base al éxito de programas y eventos. Es ahí cuando sospecho que la imagen de la iglesia Nueva Testamentaria ha sido eclipsada por la institucionalización religiosa. Parte de la crisis actual en muchas comunidades, viene determinada por la lucha en mantener estructuras viejas que se derrumban, que han dejado de ser el mejor medio para preparar a los cristianos para llevar a cabo la misión en el contexto cotidiano.
En el Nuevo Testamento los cristianos llenos del Espíritu Santo te los encontrabas en medio de la vida cotidiana, desafiando el estatus cuo, a pesar de que fueran apedreados o echados a los leones. La religión occidental cree que los cristianos llenos del Espíritu Santo se encuentran manteniendo viejas estructuras y dando su vida por elementos que son extraños en el relato bíblico y que han sustituido el verdadero significado de iglesia. Por esto último no solo es que no merece la pena morir, es que es fácil abandonar el vivir por ello.
Hay un problema cuando el maestro ve que el alumno no responde y no se plantea un cambio en su modelo educativo. Cuando esto ocurre, lo que suele pasar es que el maestro no puede dejar de señalar la responsabilidad de sus discípulos, que por cierto la tienen. Sin embargo, el maestro sabio, evalúa el éxito o fracaso de su sistema educativo, lo hace de manera crítica y se dispone para la renovación, porque además, es lo que a él le corresponde y lo único que está en su mano.
La iglesia occidental debemos examinar el resultado de nuestro modelo de discipulado. Y debemos hacerlo no en base al éxito de eventos y programas que nos mantienen dentro de la burbuja, sino en base a como entendemos y vivimos la misión como parte del tejido social que nos rodea.
Os hago llegar el artículo del grupo donde he trabajado en la propuesta de la Alianza Evangélica y que ha publicado Protestante Digital. Deseo que lo que expresamos sirva para activar nuestra creatividad en el campo de formar cristianos para la misión de Dios como un estilo de vida en el contexto cotidiano: Vocación Como Lugar De Misión
En el Nuevo Testamento los cristianos llenos del Espíritu Santo te los encontrabas en medio de la vida cotidiana, desafiando el estatus cuo, a pesar de que fueran apedreados o echados a los leones. La religión occidental cree que los cristianos llenos del Espíritu Santo se encuentran manteniendo viejas estructuras y dando su vida por elementos que son extraños en el relato bíblico y que han sustituido el verdadero significado de iglesia. Por esto último no solo es que no merece la pena morir, es que es fácil abandonar el vivir por ello.
Hay un problema cuando el maestro ve que el alumno no responde y no se plantea un cambio en su modelo educativo. Cuando esto ocurre, lo que suele pasar es que el maestro no puede dejar de señalar la responsabilidad de sus discípulos, que por cierto la tienen. Sin embargo, el maestro sabio, evalúa el éxito o fracaso de su sistema educativo, lo hace de manera crítica y se dispone para la renovación, porque además, es lo que a él le corresponde y lo único que está en su mano.
La iglesia occidental debemos examinar el resultado de nuestro modelo de discipulado. Y debemos hacerlo no en base al éxito de eventos y programas que nos mantienen dentro de la burbuja, sino en base a como entendemos y vivimos la misión como parte del tejido social que nos rodea.
Os hago llegar el artículo del grupo donde he trabajado en la propuesta de la Alianza Evangélica y que ha publicado Protestante Digital. Deseo que lo que expresamos sirva para activar nuestra creatividad en el campo de formar cristianos para la misión de Dios como un estilo de vida en el contexto cotidiano: Vocación Como Lugar De Misión
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